Esta historia no es de mi autoría, todos los créditos van dirigidos a tkscenery
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Dahyun estaba en su cama, despierta. Ya pasaban la una de la mañana y seguía sin sueño.
La razón era porque desde afuera de la casa, se escuchaban ruidos extraños que realmente la asustaban y no la dejaban dormir.
Momo y Dahyun tenían habitaciones separadas, así que no podían dormir juntas.
La menor tuvo la idea de ir hasta donde está su mayor y dormir con ella, pero esos ruidos apenas la debajan respirar y le daba muchísimo miedo ir por su cuenta hacía su cuarto. Decidió quedarse en la cama, tratando de dormir.
Pero no resultó.
Los ruidos extraños seguían presentes y eso le hacia sentir muy insegura. Tenía tanto miedo que alguien se metiera a su casa y le haga algo a ella o a su Momo.
Y terminó por llorar. Trató de llorar lo más silenciosamente, pero no lo logró, haciendo escapar un fuerte sollozo. Se asustó más de lo que ya estaba — si es que eso era posible — y se acurrucó entre sus sábanas.
Unos segundos después, se escucho la puerta abrir, y Dahyun se quedó inmóvil. Solo pudo llorar, pidiendo que no le hagan nada a ella y su preciada Momo.
— ¿Dahyun? — en vez de escuchar una voz grave y tenebrosa, en cambio escucho la dulce voz de su novia. Algo que la alivio por completo y sonrió — Mi amor, ¿que pasa? — camino con pasos apresurados hacía la de cabello negro quien seguía hecha bolita en su cama —. Te escuche llorar desde mi habitación, ¿por qué no viniste? — sin embargo, no escucho respuesta alguna a sus anteriores preguntas —. ¿Estás bien? — dijo sacudiendo levemente aquel bulto en la cama de su princesa.
— S-sí — temblaba de miedo, claro que no estaba bien.
—Cariño, estás temblando. ¿Estás enferma? — puso su mano sobre su mejilla y después de su frente, tratando de encontrar una temperatura fuera de lo normal, pero no sucedió.
—N-no... — sorbio su nariz.
— Bebé, dime que pasa. Me éstas preocupando demasiado — paso su brazo por encima de la cintura de su angelito y una mano por detrás de su espalda, acariciandola.
— T-tengo miedo, u-unnie...
— ¿De qué, amor? — miro con dulzura a Dahyun, tratando de calmarla un poco de aquella situación.
— A-afuera... S-se escuchan ruiditos e-extraños... — jugó con sus deditos mirando sus pies
— ¿Qué? — se calló un poco para escuchar con claridad a lo que se refería. Escuchó alguno que otro ruido proveniente de al lado —. Ah, no es nada malo, cariño. Es solo la música de los vecinos. Están poniendo música muy fuerte, ¿quieres que unnie los regañe? — movió la mano donde estaba su espalda hacía su mejilla, acariciandola con delicadeza —. Si tienes miedo puedes dormir conmigo.
— S-sí, por favor, unnie...
— Esta bien, agarrate de mi para que no te caigas — agarró a Dahyun cómo a un bebé y esta enredó sus piernas en su cadera y sus brazos en cuello.
No caminaron tanto, ya que la habitación de Momo estaba casi al frente de la habitación de su pequeña.
La recosto en la cama boca abajo lentamente. Momo se tiro al lado de ella, acercando así, poniendo la cabecita de Dahyun en su pecho, enredando su pierna encima de la de ella y poniendo sus manos en partes aleatorias para acariciarlas.
— Buenas noches, bebé. Descansa bien — repartió besos por todo su cuerpecito y la masajeó —. Si necesitas algo solo despiertame.
— Esta bien, gracias unnie... Te quiero mucho — susurró adormilada.
— Yo también te quiero, hermosa. — dejó un beso en su frente y encima de su cabeza.
Dahyun finalmente pudo dormir en paz. Dormir con Momo le brindaba demasiada confianza y seguridad. Sentía que si estaba en sus brazos, nadie podría hacerle daño. Se sentía protegida a su lado. Momo era cómo su burbuja que era imposible de reventar, y Momo estaba contenta de serlo. Conforme iban pasando su relación, esa burbuja se agrandaba más y más, simbolizando todo el amor que tenían.
Fin.
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