Like I Can [James Potter] (Wattys2022) ✓

59. Un año en un abrir y cerrar de ojos

30 de junio de 1997

Este año se había pasado demasiado rápido a decir verdad, los niños ya tenían dos años y como cualquier niño de esa edad debías estar muy al pendiente de ellos para que no hicieran nada que pudiera ser peligroso para ellos.

Marie ya había terminado séptimo año y la verdad es que estábamos muy orgullosos de ella, porque se había esforzado muchísimo y era algo muy admirable de ella. Así que estos meses iría con James a entrenar para ser Auror, así podían pasar tiempo de padre e hija. Asher, Neville y Harry habían finalizado su sexto año con mucho éxito y también estaba muy orgullosa de ellos. No podía creer que solo les quedara un año para terminar Hogwarts. Quería que dejaran de crecer tan rápido, eran mis pequeños y ahora eran tan mayores y con muchas responsabilidades encima.

 La muerte de Lily aunque solo hubiera estado unos meses con nosotros, nos había afectado demasiado a todos nosotros, incluso a Harry que solía hacer algunas cosas con ella, obviamente él ya no la veía como su madre, sino mas bien como una tía y ella estaba feliz con eso. 

Gracias a ella Sirius y yo seguíamos vivos y estaríamos los dos siempre agradecidos por ese gesto de valentía, después de todo, ella siempre quiso hacer el bien, pero Catherine como siempre solía estropearlo todo.

Sobre este año, debía reconocer que no había sido tan estresante como otros años, antes de que comenzaran las clases Dumbledore se llevo a Harry un sitio mientras nosotros íbamos con los Weasley. Molly insistió en quedarnos y gracias a la magia pudimos hacer una casa con todo lo que necesitábamos para poder quedarnos ahí. Así que los días siguientes a que fueran a Hogwarts nos la pasamos con los Weasley. 

En Hogwarts Harry, según me dijo se hizo amigo de Slughorn, lo recordaba perfectamente, era muy buena en pociones así que él me había considerado apta para estar en su club y por lo que veía a Harry también. 

También me contó Harry sobre los horrocruxes, la verdad es que no podía creer que se le hubiera pasado por la cabeza al loco dividir su alma, pero bueno estaba loco.

La verdad es que según Harry fue un año bastante tranquilo a los anteriores, aunque tuvimos una desgracia en Navidades, porque los mortífagos destruyeron la casa de los Weasley, pero con tiempo y dedicación logramos devolverla un poco al estado original.

Ahora nos encontrábamos en Hogwarts, ya que Marie nos había mandado un patronus para que fuéramos inmediatamente y todos dejamos a los niños con Molly y fuimos. 

Al llegar ella nos había contado lo que había pasado en la cueva y a mí casi me iba a dar un infarto. ¿Mis hijos pudieron morir por un maldito horrocrux? Esto ya cada año se ponía más interesante. Era un milagro que yo estuviera con vida después de todos los sustos provocados por mis hermosos hijos que tanto amaba, pero que quería encerrar en una habitación para que los problemas no les siguieran. Aunque aun así estoy segura de que atraerían los problemas y mas Harry, que cada año se enfrentaba a algo diferente.

—Según mis dotes de adivinación siento que Addie se va a desmayar pronto querida Marie —ella volteo los ojos al comentario de Sirius. James se acerco a él y le dio un golpe— ¡Auch!

—Calla un rato perro.

—Callame tú —James hizo una mueca de asco.

—Perdonalo cariño, creo que el golpe que se dio hoy en la cabeza le afecto mas de lo habitual —Sirius la miro indignado.

—¿Perdona? —Freya lo vio.

—Te perdono chucho —mas ofendido Sirius le enseño el dedo del medio, Freya hizo aparecer un periódico y se acerco a Sirius para golpearlo— Perro malo —James empezó a reír y yo lo miré logrando que dejara de reír para verme asustado.

—Bueno después de todo, Marie, ¿estáis bien? —ella asintió.

—Harry sigue con Dumbledore, pero ninguno de los dos estamos heridos —de pronto vivimos en el cielo la Marca Tenebrosa.

—Mierda —susurro James. Fuimos corriendo hacia donde todo el mundo se encontraba y había mucha gente, pasamos con cuidado y vimos a Dumbledore en el centro muerto. Sorprendida miraba el cuerpo, ¿qué demonios había pasado? Nadie daba crédito a lo que estábamos viendo, todos estaban tristes.

—Joder, el viejo se murió. Mira que cuando yo lo decía era de broma Godric, por favor no me devuelvas el Karma —lo miramos mal—. Oye no es mi culpa, Freya me golpeo demasiado fuerte.

—Callate Sirius —le dijo ella seria.

—Me callo.

De pronto Harry apareció y avanzo a pasos temblorosos hasta Dumbledore.

Volví a mirar a Dumbledore y tenía diversas contusiones en la cara y las piernas. Oí el gemido de dolor de Hagrid, pero Harry no se detuvo; siguió avanzando despacio hasta el sitio donde yacía Dumbledore y se agachó a su lado. 

Dumbledore tenía los ojos cerrados, y por la curiosa posición en que le habían quedado los brazos y las piernas podía parecer que estaba dormido. Harry alargó un brazo, le enderezó las gafas de media luna sobre la torcida nariz y le limpió con la manga de su propia túnica un hilo de sangre que se le escapaba por la boca. 

Oí los murmullos a mis espaldas y al cabo de un rato, que al menos a mí me pareció muy largo, me di cuenta de que estaba arrodillado encima de algo duro no sabía muy bien que estaba sosteniendo. Me acerqué a él y pude ver que tenía en su mano el guardapelo que según me contó Maire habían logrado robar unas horas atrás.

Harry se quedo viendo el guardapelo y remiró entre las manos. En su interior solo había un trozo de pergamino, doblado y fuertemente apretado, en el sitio donde tenía que haber un retrato. 

Me coloqué a su lado y él ni se inmuto, abrió el pergamino doblado y había algo escrito.

Para el Señor Tenebroso. 

Ya sé que moriré mucho antes de que leáis esto, pero quiero que sepáis que fui yo quien descubrió vuestro secreto. He robado el Horrocrux auténtico y lo destruiré en cuanto pueda. Afrontaré la muerte con la esperanza de que, cuando encontréis la horma de vuestro zapato, volveréis a ser mortal. 

R.A.B

Estuve unos minutos confundida hasta que recordé las iniciales, Regulus Arcturus Black, era el hermano pequeño de Sirius. Deje un momento ese tema para centrarme de nuevo en Harry.

—Ven, Harry... 

—No. 

—No puedes quedarte aquí, Harry... Vamos, ven conmigo... 

—No — suspiré y me seguí quedando con él. Minutos después sentí como Harry me abrazaba y comenzaba a llorar. Le correspondí el abrazo con el corazón roto, porque me dolía verlo de esa manera. Me prometí que ninguno de mis hijos sufriría y estaba fracasando. Ver a Harry de esta manera tan vulnerable me partía el alma y no sabía qué hacer para quitarle ese dolor y toda esa responsabilidad.

Solo era un niño que merecía ser feliz después de todo lo que había sufrido.

NOTA DE LA AUTORA

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