Like I Can [James Potter] (Wattys2022) ✓

60. La Boda de Bill y Fleur

1 de agosto de 1997

Ya había pasado un mes desde la muerte de Dumbledore, siendo sincera no me había afectado, pero tampoco le deseaba eso al hombre.

A Harry le había afectado y mas saber que el hombre en quien confió Dumbledore fuera el asesino. No sabíamos nada sobre el paradero de Snape, tampoco es que me importara mucho a decir verdad.

Ayer celebramos el cumpleaños de Harry, que ya había cumplido 17 años, el problema es que la protección ya dejaba de funcionar y el detector se apagaría, lo que significaba que el Ministerio ya no sabría quién le sonaría la nariz o yo qué sé. 

Estaba cansada, todos lo estábamos y aunque se avecinaba una gran desgracia, hubo cosas que celebrar después de todo y una de ellas era la boda tan esperada de Fleur y Bill, Remus e Ivy se habían casado unas semanas antes, fue todo muy sencillo, pero hermoso.

Ahora me encontraba fuera con los niños viendo como los demás decoraban la carpa para la boda, aunque no duro mucho porque el Ministro apareció queriendo hablar con Harry, Ron y Hermione, así que entro en la casa mientras yo me acercaba a James.

—¿Sabes por qué el Ministro quiere hablar con ellos? —negué, James asintió y me dio un beso en la mejilla.

—¿Qué clase de beso es ese? 

—Pero amor... —soltó una risa, mientras se acercaba a darme un beso en los labios, pero no duro mucho porque Marlene tiro de James.

Nos separamos y yo miraba divertida a la niña celosa de papá, James volvió a reír y tomo en brazos a Marlene.

—Pequeña celosa de papá —Marlene lo abrazo y me miro un momento para sacarme la lengua.

—Que grosera.

—¡Oye! No le digas así a nuestra hermosa hija — volteé los ojos divertida mientras Marlene reía.

Un rato después el Ministro salió de casa y yo entre para averiguar que había pasado. Me contaron que a cada uno les dejo un Legado. A Ron le dejo un desiluminador, era parecido a un encendedor plateado, pero poseía el poder de absorber toda la luz de un lugar, y el de devolverla mediante un simple clic. A Hermione le dejo su ejemplar de los Cuentos de Beedle el Bardo. Y por último a Harry le dejo la snitch que atrapó en su primer partido de Quidditch en Hogwarts.

No entendíamos ninguno del porqué de esos legados, pero lo dejamos pasar. Un rato más tarde habíamos celebrado la ceremonia y la verdad es que había sido demasiado precioso todo. Cuando acabo fuimos a la carpa a celebrar.

—Señora Potter, ¿me concede este baile? — miré divertida a James y asentí. Él me agarro delicadamente de la mano y fuimos a la pista de baile. 

A lo lejos vi a Marie junto a Fred y George bailando y se le veía demasiado feliz, me alegraba por ella. Busque a Neville con la mirada y lo vi hablando muy animadamente con Luna, y bueno Harry hablaba con un señor que desconocía—. Los niños están bien amor, así que relajate y disfrutemos. Marlene y Charlus están bailando con Asher —solté una pequeña risa y mientras bailábamos a un compás lento, pegue mi cabeza en su pecho y pude escuchar sus latidos, cerré los ojos y disfrute de esto. De nosotros dos bailando sin nada de que preocuparnos.

Estuvimos disfrutando con los niños de la boda hasta que de repente un patronus apareció en medio de la pista. El patronus abrió sus fauces y habló con la fuerte, grave y pausada voz de Kingsley Shacklebolt.

—El ministerio ha caído. Scrimgeour ha muerto. Vienen hacia aquí.

Muchos magos y brujas se iban percatando de que había pasado algo raro; algunos todavía no habían apartado la vista de donde poco antes se había esfumado el felino plateado. El silencio se propagaba en fríos círculos concéntricos desde el punto en que se había posado el patronus. 

Entonces alguien gritó y cundió el pánico. 

Mire preocupada a James mientras buscaba a los niños, Asher corriendo se acerco con Marlene y Charlus en brazos.

—Asher, llevate a tu tía y a los niños a la Casa de seguridad —negué—. Addie por una vez en la vida hazme caso.

Suspire y tome a Charlus en brazos para ayudar un poco a Asher. Segundos después nos habíamos aparecido en la Casa, unos segundos después aparecieron Freya e Ivy con Regulus y Adhara y la señora Weasley.

—¿Estáis bien? —ellas asintieron. No sabía cuanto tiempo había pasado, pero una parte de mí quería volver para ayudarlos, pero sabía que Freya y Asher no me dejarían ir. 

Así que esperamos un buen rato hasta que los demás se dignaran a aparecer. Un rato después aparecieron poco a poco y el último había sido James. Rápidamente, corrí hacia él y lo abracé muy fuerte.

—¿Estás bien? —susurre una vez que me separe un poco de él, le agarre con cuidado de la cara para ver si tenía alguna herida, pero por suerte estaba todo bien.

—Amor, estoy bien —de pronto se me pasaron por la cabeza Marie, Harry, Ron y Hermione—. Ey, tranquila, lograron escapar con éxito los cuatro, no tienes que preocuparte de nada. Todos estamos bien, así que calmate —asentí soltando un pequeño suspiro de alivio.

—Creo que lo mejor sería quedarnos esta noche aquí por si acaso —todos asentimos.

Solo rezaba a Merlín de que los niños estuvieran bien y a salvo.

James Potter

Cuando me asegure de que Addie y los niños estuvieran a salvo, varios mortífagos empezaron a atacarnos, pelee con varios mientras intentaba buscar a los niños. Vi como Charlie se llevaba a Neville. A lo lejos vi peleando a Ginny con un mortífago y también localice a Marie junto a Hermione, por no decir que Harry quería ayudar a Ginny, corrí hacia él y lo agarre.

—¡Harry! ¡Tenéis que iros ahora! —Harry negó, pero lo empuje con Marie, y los cuatro desaparecieron de ahí, protegí a Ginny de algunas maldiciones y los gemelos desaparecieron con ella. Poco a poco empezamos a desaparecer todos hasta que quedamos Sirius, Remus y yo.

—¡James! ¡Vete! —negué peleando con un mortífago.

—Iros vosotros, juro que os alcanzo —ellos asintieron a regañadientes y desaparecieron, seguí peleándome con alguno hasta que yo también desaparecí para aparecerme en la casa.

Addie al verme corrió rápidamente hacia mí para abrazarme muy fuerte, le correspondí el abrazo con la misma intensidad.

—¿Estás bien? —susurro una vez que se separó un poco de mí, me agarro con cuidado de la cara para ver si tenía alguna herida, la verdad es que estaba bastante bien. Ni un rasguño tenía, lo que era un punto positivo.

—Amor, estoy bien —le dije yo con una pequeña sonrisa, ella asintió, pero de pronto su expresión se convirtió en una preocupada y sabía que estaba pensando en los niños—. Ey, tranquila, lograron escapar con éxito los cuatro, no tienes que preocuparte de nada. Todos estamos bien, así que calmate —asintió soltando un pequeño suspiro de alivio.

—Creo que lo mejor sería quedarnos esta noche aquí por si acaso —Sirius hablo y todos asentimos. Él tenía bastante razón, aún no creía que fuera seguro volver.

Al menos estaba tranquilo al saber que dentro de lo que cabe los niños habían salido de ahí.

NOTA DE LA AUTORA

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