Carrera de motos ilegales

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Ella caminó hasta llegar a una verja, donde Maira se quedó pensativa.

—¿Y ahora qué ?—Comento Maira

. —Saltar la verja —Dijo Cristal. A Maira le parecía una locura, pero igual hizo caso y la saltó, cuando llegaron a una calle donde había una línea blanca, donde ella vio unas motos paradas, luego había unas curvas que subía y bajaban , que Maira miraba inquieta.

—Has visto qué pasada, Maira —Dijo Abril. —Pues no lo sé muy bien. Maira miraba para todos lados, vio a chicas con piercing, tatuajes, ella estaba perdida.

—Atenta Maira, mira quien viene. Maira, miró y vio al mismo chico con él que se chocó.

—¿Ese quien es? —Pregunto Maira, mirado para él.

—-Es uno de los más guapos, de las careras de motos —Le digieren, las chicas mientras le explicaba lo que iba a suceder. La carrera de motos empezó, las motos salieron embaladas. A lo que Maira miraba intrigada.

—¿Cómo se llama?—Pregunto Maira.

—-Quien —Preguntó Cristal.

—-El del casco negro flacucho.

—Ah es Máximo —Le dijo Abril. —-El fuckboy de Máximo. No sabía que significaba, entonces lo miró en Internet y vio que era el típico que juega con sus sentimientos.

—-Eso no estaba bien —pensó Maira.

—Corre, cabrón—Grito, Cristal. Maira vio aquel chico, cuando abrió los ojos se dio cuenta de que ya estaba en la última vuelta. Cuando uno de ellos se cayó.

—-Adiós, se ha matado —Dijo Cristal. Cuando Maira lo vio, salió disparada. Si ahí algo que le enseñaron es a cuidarse sola, supuso que no tiene que ser tan difícil, aunque por el cuerpo de él corre sangre y hueso y el de ella electricidad y cables.

—Te encuentras bien—Le pregunto Maira, nerviosa.

—Déjame en paz —Dijo el chico sacándose el casco

. —Solo quería ayudar —Dijo Maira.

—-Pues no me ayudes, idiota. Maira le pegó un guantazo, dejándolo atrás.

—Por qué me pegas estás loca.

—Tú estás loco, además no deberías hacer esto si no sabes manejar una moto.

—¿Tú lo harías mejor?—Pregunto el chico, con las manos en el bolsillo.

—Sí.

El chico, le chilló a uno para que se bajara de la moto.

—No sé si la señorita tiene miedo, a que se le mueva el pelo de lado —Dijo el chico riendo. Mientras Maira, observaba como todo le seguían el royo, riéndose también.

—No tendrás miedo tú, de que te gane una chica y te deje en vergüenza, delante de tus ligues.

—-Miedo de ti ni lo sueñes, idiota. Maira, le encantaba como la moto sonaba, todo el mundo empezó a chillar en tres, dos, uno ya. Maira apretó dejando atrás a el chico. Ella sabía hacer muchas cosas y con tan solo observarlo una vez era capaz de hacerlo, como si llevase toda la vida.

—Te lo dije, te, gane.

—Eso es lo que crees tú. Maira se acercó a él tanto, que el chico choco con un muro que había

—No soy la idiota, tú lo eres y no quiero volver hablar contigo.

—Genial, eres una pérdida de tiempo, El chico, paso por al lado chocándola, haciendo que perdiera un poco el equilibrio.

—Por qué le desafías a sin a Máximo—Le preguntaron sus amigas.

—Máximo, es un perro sin bozal, ahí veces que ahí que ponérselo, o si no ladrarle tú primero.

—Tú forma de habla con él nos dio miedo,

—Joder tía, pensamos que te lo cargabas.

—No soy asesina. Maira, se quedó mirándolo mientras se enrollaba, con una pelirroja de mini falda.

—Nos vamos chicas. —Si vamos nos. Maira Iba enganchada, en el brazo, con sus amigas.

—Maira, me parece muy valiente —Dijo Abril

—No soy valiente, solo quiero que lo sepáis.

—Bueno, como tú digas. Maira, sentía que Máximo y ella no se llevarían bien

. —Vamos, al cuarto de mi novio —Dijo Cristal.

—Vamos. Maira creyó, que ya había vivido mucho por un solo día y que ya estaba harta, de tanta humanidad. Llegaron a la habitación, donde arriba ponía habitación de hombre.

—Vamos chicas, es el cinco —Dijo Abril. Ella entró y Maira, luego paso

. —Hola mi amor —Se abalanzó Cristal sobre un chico de piel oscura

—Mira, Maira, este es mi novio Baris.

—Hola Baris —Saludó Maira, aunque la tranquilidad de Maira acabo cuando entró Máximo. Todos se sentaron en el suelo y pusieron, una botella y la empezaron a girar la botella

. —Esto es muy simple, beso, verdad y reto.

—Entiendo. La botella giró y Maira miraba como Máximo le comía la boca, a otra chica totalmente distinta. —Maira, la botella está a tu lado, pregúntale Max.

Maira se quedó pensado, porque le dice Max.

—Verdad o reto. —Reto —Maira eligió reto para que no la viese tan débil y todos chillaron.

—Bésame.

—Creo que estás soñado despierto.

—No me comeré las babas de otra. Maira no sabía lo que decía, solo miraba en internet, pero esto salía de ella misma.

—No te atreves, pensé que eras valiente.

—Soy valiente, lo que no soy es una que se deja llevar . Todos la miraron sorprendidos y Maira se sentía orgullosa de sus palabras.

—No lo cumpliste, saca prenda—Dijo el chico mientras, se encendía un cigarro

—Y no vale calcetines o pendiente, nada de eso el sujetador estará bien. Maira lo miró, a los ojos, mientras se sacaba el sujetador si enseñar nada. Alguien chillo guau, ahí alguien más valiente que tú Máximo, luego le tocó decirle a Maira un reto.

—Te has enamorado de alguien —Preguntó Maira, mirándolo a los ojos. Ella no se reconocía y eso que solo llevaba un día, pero se sentía que estaba cambiando, ¿será que me estoy humanizado? Pensó Maira.

—Maxi. —No me llames así, tú no puedes

—¿Por qué te vas a enfadar?

—¿Te gusta tocarme los cojones Maira?

—No me caes bien.

—Pues no me hables, no quiero que me hables.

—No lo haré más, no necesito hablarte. Maira se levantó y dejó todo atrás y salió, se sentía tan mal y porque porque Máximo, trataba a las mujeres como objeto y luego las dejaba, eso le hacía cabrear. Llegó a su dormitorio, se puso los Auriculares y se relajó. Tanto que se durmió y ni siquiera se dio cuenta cuando Abril y Cristal llegaron, solo estaba harta de Máximo y eso que lo acababa de conocer, Maira no quieran una historia de amor, y lo que le molestaba de aquel chico fuesen tan predecibles, y tan toca pelotas, buenos, pero estaba enfadada por la personalidad grosera de Máximo. Las chicas intentaron levantar a Maira, pero ella estaba muerta de sueño y se durmió en seguida, probablemente, porque no quería que le preguntaran nada de por qué hizo.

Eléctricamente enamorada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora