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─¡Te lo dije!

Lee Minho enterró su rostro entre sus manos y emitió un pequeño ruido.

─Y es completamente tu culpa por no hacerme caso, te dije que comprar las entradas en el momento sería una pésima idea ─Han Jisung no se tardó ni siquiera un segundo en recordarle lo que era bastante obvio. Y Minho, quién sabía que había cometido el error, se quedó en silencio. Merecía sus burlas.

Salieron del cine a paso lento, Jisung seguía hablando sobre el tema y Minho no hacía nada más que suspirar. Siquiera, ¿en qué momento se había vuelto tan hablador?

No es como si le molestase, de hecho, le agrada bastante la nueva personalidad de Han Jisung, incluso un poco más que la antigua. Porque no tiene miedo y se nota en su actuar confiado, en la manera que habla con las personas. Ya no piensa que lo van a lastimar y es increíble. Sin embargo, recuerda cómo era cuando lo conoció e inevitablemente se siente muy nostálgico.

Llegan al auto, aún con las burlas de Jisung a su espalda y el frío comenzando a hacer de las suyas.

─Ya súbete, se me congelan los pies.

─Bueno, me imagino que en el cine también haría frío, así que no hubiese sido divertido... ─dice Jisung cuando ambos ya se encuentran sobre el auto, esperando a que el motor se caliente y la calefacción funcione correctamente.

Minho suspira ruidosamente y Jisung estalla en carcajadas. Por supuesto que sus palabras no eran sinceras, mucho menos si recién se estaba burlando como si la vida se le fuera en ello.

─Muy gracioso, ¿eh? ─Minho no tarda en sonar tan rencoroso, que por un momento, es como si no estuviese jugando también─. A ver si lo será cuando me toque a mí reírme.

─Espero no sea pronto ─comentó entre risas.

Una canción movida y que se les hizo familiar, comenzó a sonar en la radio. No es como si no tuviesen temas de conversación, pues cuando estaban juntos, podían hablar de mil cosas a la vez y a ambos les van a brillar los ojos por igual, pero les gustaba poner la radio por la misma razón. Nunca sabían qué canción sería la siguiente y era divertido.

Incluso en las cosas más pequeñas y simples, la pasaban increíble.

─¿Alguna vez has entrado a un motel?

Jisung dirige su mirada hacia el lugar que Minho le señalaba y ladea el rostro. Ahí hay muchas luces, tiene un bonito jardín con rosas blancas y una pequeña pileta con un ángel, que se supone, es cupido. La puerta de entrada es gigantesca y ni hablar de las preciosas ventanas que parecían sacadas de una película. Demasiado lindo para ser un motel.

─No que yo recuerde... ─murmura─. Creo que una vez Chenle quiso entrar, pero teníamos quince y dieciséis años, ni de broma nos iban a dejar hacerlo.

─Bien, entonces ya sé qué haremos hoy.

Jisung abre sus ojos con sorpresa, mientras Minho se baja del auto bastante confiado.

Pensó que era mentira, que en cualquier momento se daría la vuelta e irían a otro lugar. A tomar café o ir por unos helados, por ejemplo, porque es lo más rápido para reemplazar la desilusión de la película que nunca pudieron ver en el cine. Sin embargo, Minho se detuvo en ningún instante y Han Jisung tuvo que salir del auto y correr tras de él.

─¡Estás loco!

─Ay, vamos. ¿Dónde quedó toda la diversión que tenías hace un momento?

─Pero... ─suspiró, y rendido, avanzó tras él─. Solo espero no encontrarme con nadie conocido... ¿Qué dirán de mí si me ven?

Stray BabiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora