Oímos pisadas, lentas e irregulares. Todos nos sobresaltamos y comenzamos a correr por el bosque. Tendríamos que abandonar el campamento, los suministros y medicinas. Los zombies venían en camino...Contuvimos el aliento cuando los pasos se detuvieron y nos dimos cuenta de que habíamos olvidado a dos de nuestros colegas que no se percataron de la horda y que se quedaron en las campañas. Realmente lo siento por ellos.
Algunas lagrimas cayeron por mis mejillas al igual que a algunos compañeros, comenzamos a culparnos unos a otros. Hasta que alguien dijo que no ganaríamos nada con eso, ya había pasado y no podíamos hacer nada. Que debíamos seguir juntos...