"Mamá.. no quiero un maldito niñero". Sus palabras salían algo ahogadas por el estrés de pensar que alguien lo cuidaría. Siguió a su madre hasta la habitación de arriba mientras que ella tranquilamente ahora alistaba su bolso para ir al trabajo.
"Kisaki, no pienso dejarte solo en casa toda la noche, estoy segura que te llevarás bien con el niñero, te gustará su compañía después". La mujer llevó su mirada hacia el exhausto Kisaki, quien parecía haber batallado todo el día por convencerla. "Además tiene 19 años, como tú".
Una expresión incrédula apareció en el rostro del menor, como si la mujer hubiese dicho algún tipo de broma nada divertida. "Mamá.. yo tengo 17, no 19".
La mujer rió en lo bajo y se acercó a su hijo parándose frente a él "Lo sé, esas son más razones para no dejarte solo". Sus manos acariciaron gentilmente las mejillas del menor, palmandolas con suavidad. Sus labios se acercaron a él y se posaron en su frente. Kisaki solo suspiró y sonrió. Aún así no estaba de acuerdo.
El momento de madre e hijo fué interrumpido de pronto por el timbre de la puerta, obligándolos a despertar de su rotunda burbuja. "Debe ser él, es hora de que lo conozcas Kisaki".
El menor tragó saliva y siguió a la mujer bajando la escalera. Más no llego a la sala. Solo se quedó allí parado, en el final de los escalones, sosteniendo el barandal inconcluso y esperando el llamado de su madre, como si adivinase que lo haría pronto. No quería conocer a esa persona.
"Hey Kisaki! Ven aquí". Y como lo había adivinado, su madre lo llamó, no tuvo más opción que ir. Caminó con disgusto a la sala y lo vió, allí estaba él, con una tonta expresión alegre difícil de descifrar. No sabía si era una sonrisa fingida o una real, le molestaba. Era alguien de gran altura, cosa que lo desagradó más aún, su cabello combinado con un mechón dorado era resaltante, combinaban con sus ojos color ámbar. Podría predecir que seguramente era alguien popular.
"Kisaki, te presento a Hanma, él será tu niñero" la mujer sonrió ante la presencia de su hijo y volvió su mirada hacia el recién llegado "Hanma, él es mi hijo, Kisaki Tetta".
El ambiente se puso tenso por unos milisegundos, pues el mayor no permitió que terminara en minutos "Mucho gusto, Kisaki, es un placer conocerte". Su mano se estiró hasta quedar frente a Kisaki, esperando aquel saludo que nunca llegó.
"Hola..". Fué lo único que dijo y desvió su mirada de disgusto obvio hacia otra parte. Jamás correspondió al saludo.
La madre fingió una tos con la garganta y suspiró "Kisaki, espero te portes bien con la compañía de Hanma, yo debo irme ahora". Se acercó al sofá dejando a los dos chicos frente a frente y tomó su bolso, acercandose al mayor para palmearle el pecho con sus manos. "Shuji, dejo a mi Kisaki en tus manos, confío en ti". Y sonrió otra vez.
"Será un gusto cuidar de él" le devolvió la sonrisa. Kisaki solo miró todo con molestia.
"Bueno..me retiro, adiós cariño, volveré en el amanecer" le lanzó un beso al aire y salió de la casa, cerrando la puerta y volviendo a dejarlos solos. El ambiente ahora se inundó en un silenció incómodo, el cual esta vez Hanma no interrumpió.
Los dos muchachos se miraron por minutos, como desafiandose con la mirada. Hanma aún mantenía su sonrisa, mirando a Kisaki expectante por la fría mirada que le lanzaba.
El menor solo divisó la figura del rostro de Hanma hasta que se cansó. Hizo su mirada tan obvia como para incomodar a cualquiera, pues llevó una vista hacia el mayor mirándolo ahora de pies a cabeza sin importarle lo que pensara el otro. Y rió.
El mayor entrecerró un poco los ojos, su sonrisa siempre firme. La madre de Kisaki ya le había hablado de él constantemente, así que ya esperaba esa actitud del menor, más no esperaba que fuera tan directo.
"Debería presentarme correctamente?". Preguntó iluso. No obtuvo respuesta, no solo después de algunos segundos de silencio.
"...Con que sepa tu nombre es suficiente" el menor dió media vuelta y caminó hasta el sofá, sentándose en él. Observando y esperando el siguiente movimiento del más alto.
Hanma caminó hasta la mesa de la sala, dejando su maletín allí. "Parece que estamos comenzando con el pie izquierdo, llevemonos bien, Kisaki".
El menor nuevamente se quedó callado. Parecía ponerle cero importancia al tema. Seguía admirando la figura del mayor. Era alguien realmente atractivo, podía suponer que era popular en la escuela. Aunque realmente no tenía idea de si ese tipo siquiera estudiaba.
"De dónde vienes?" Preguntó Kisaki. Incluso si odiaba la idea de tener un guardaespaldas detrás de él, quería verle el lado positivo, tal vez al final sea alguien..amigable?.
Hanma dió una ojeada al menor viendo su interés en saber más sobre él. Se acercó al chico y se sentó a su lado, inclinadose un poco hacia adelante para apoyar sus codos en sus muslos. "Te hará sentir bien si te lo digo?"
"Eh?". Ahora aquel tipo se había vuelto algo interesante. Algo misterioso.
"Soy de la clase baja de la ciudad, Kisaki..estoy aquí por éste trabajo" llevó su mirada hacia el rubio y volvió a hablar "Si fuera tú, tampoco quisiera tener un niñero".
Aquel pelinegro empezaba a llamar su atención. Parecía alguien sincero al hablar. "Lo que sea.. si estás consciente de que me molesta tu presencia, trata de no entrometerte en mis asuntos cuando así lo requiera".
"Claro!~.. Kisaki" y sonrió.
Esta aventura apenas comenzaba.
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¿Como puedo amarte? (Hankisa)
RomanceLa madre de Kisaki contrata a Hanma para que... sea su niñero? Ahora Kisaki tendrá que soportar la sobreprotección de Hanma incluso en la escuela, pero descubrirá algunos motivos ocultos detrás de aquellas acciones que inicialmente eran parte de su...