Plan de Escape

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"Se dice que al final solo ganan los que se atreven a actuar a pesar del miedo."

- Grace Thorne


Alexandre

Lo único que cargo conmigo es mi laptop y celular móvil. Dormir en un hospital abandonado no es lo que me imaginaría. Aparte de dormir en el suelo helado sin ningún tipo de abrigo y la humedad que se esparce por las los poros de el cemento, no es tan malo. Al menos quisiera poder decir que llegue a ver la luz de las estrellas pero la polución de la ciudad no deja buen clima.

Paso dos horas diseñando el plan que puede ser mi única esperanza o mi perdición.

Mejor morir intentando que huyendo, pienso.

Exactamente 50 minutos después de que mi plan esté listo suena mi móvil. Espero a que llegue al cuarto beep antes de responder.

No digo nada. Sé quien llama. No me alegra que me espere una migraña después de hablar con este animal.

"Alexandre Volkov, es usted un hombre de mucho interés últimamente". La voz de Lucas Donovan se filtra por mi micrófono. Su tono denota intriga y posible diversión ante mi situación. Él sabe que me están buscando para matarme.

Aprieto la mandíbula para no mandarlo a la mierda. "Tengo interés en saldar mi deuda con usted, Donovan".

Se rie.

La ira se esparce por mi pecho. "Creo que no tiene tiempo para burlarse de mí, Donovan."

La risa para. "De qué habla?" su curiosidad le gano a su regordeo.

Sonrío. "Su hermana necesita que usted la busque en el puerto."

Se calla la linea, no hay ni un movimiento de su lado. "No se meta conmigo Volkov, que puedo hacer su vida mil veces peor de lo que lo harán los Rossi."

"Me aburren sus amenazas".

"Que quiere?"

"Una reunión a las 9 P.m. en el Glasse. Tu hermana estará allá, espero que estes en tu mejor comportamiento" Glasse fué la discoteca donde mataron a Paulo Rossi.

"Volkov, eres un maldito hijo de pe-

Cuelgo la llamada.

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Llamo a mi mejor amigo.

En el tercer ring responde.

"¿La tienes?" Pregunto.

"Ehhh, creo que me diste la dirección que no era", responde él.

Se me sube la presión hacia la cabeza.

"¡Qué!"grito sin poder contenerme.

Una carcajada resuena contra mi oido. Un dolor se esparce desde la parte trasera de mi craneo hacia los párpados de los ojos. Hijo de puta. Juro que lo mato.

"Ya, que no se te explote una arteria, la tengo aquí conmigo."

"Eres un idiota," le gruño.

Se ríe nuevamente "Te la creíste ¡que imbécil eres!"

"Esta viva Matteo?"

Resopla. "Casi me hieres los sentimientos".

Espero a que responda.

"Si, esta viva. Y déjame comentar que se ve hasta para comérsela."

Oigo un lloriqueo y me froto la sien.

"Matteo, deja de joderla ya".

"Es muy amargada, y lloriquea por todo, justo como te gustan a ti".

"Tráemela".

"Pero quería llevarla a cenar..."

Cuelgo la llamada.

Menudo dolor de huevos este idiota, pero es un buen amigo.

FRAGMENTADOS: Venganza que consumeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora