VIII

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Debí haber sabido cuando estabas mintiendo

Estaba tan metido en mis sentimientos que creí que esto era real

Que éramos reales...

Estuve equivocado



La tranquilidad que busco todas esas horas por fin la hallo al ver al alfa, lo busco por todas partes, no solo ella, sino también la familia del alfa y los amigos de este. Alzo la cabeza mirando el cielo gris.

Que día tan melancólico

Horas atrás estaba leyendo un libro, no era amante por la lectura, pero desde que su hijo se fue, el habito por leer los libros que le compro comenzaron a ser un de consuelo, y aceptación. Se pregunto si era injusta con el alfa... al insistirle en dejar todo atrás y mirar el futuro al lado de su hijo...quizá fue algo que no supo enfrentar.

Era cobarte e hipócrita

Todo ese tiempo huyo, huyo del dolor de verlos, porque Alana sufría al pisar de nuevo ese hogar. De ver al hermoso ángel que su hijo les dio y el cual era tan idéntico a Zenitsu , igual a su hijo, y por eso, solo por eso... mantuvo distancia.

Perdón

La llamada de Kanae fue el motivo por el cual estaba ahí. Según lo que le había dicho la omega era que el alfa salió muy alterado de la clínica no importándole dejar a su hijo solo, cuando este entre llantos lo llamaba.

Eso fue hace cuatro horas, y no había noticias del alfa. Los amigos de su hijo también apoyaron en la búsqueda. Uzui no estaba bien. Que su madre les informara que su hijo mintió al decir que seguía visitando a la psicóloga era mentira. Dejo de ir, complicando las cosas al saber lo peligroso que era dejar solo a Uzui en esa condición.

Habían buscado en todas partes, hasta un amigo de su nuero les dijo que ni en los bares que solían visitar para beber estaba.

Entonces ¿Por qué nadie vino aquí? Y ¿Por qué ella lo hizo? Se pregunto.

Alana, tal vez, solo quizás, no vino a ese lugar para buscarlo, sino porque necesitabas respuestas y al parecer no era la única que necesitaba sentir la inexistente presencia de su hijo.

Sus pies no se movieron, se mantuvo a metros del alfa el cual estaba sentado al lado de esa lapida negra.

Aquellos lirios amarillos que adoraba su hijo y los cuales dejo la ultima vez, estaban ya marchitos.

Frunció el ceño al ver las manos del alfa con claros índices de violencia, se sorprendió al percatarse del árbol detrás, el cual se hallaba rasgado, como si garras afiladas perforaran en tronco. Supuso que Uzui en un arranque de ira golpeo y rasguño el tronco lastimándose los nudillos volviéndolos carmesí, con rastros de pequeñas fisuras en la dermis.

Avanzo, y se detuvo manteniendo una distancia corta. Abrazándose a sí misma ante la fuerte brisa que helo su piel. Ni el abrigo que traía lograba transmitir el calor que su cuerpo necesitaba.

No fue necesario hacerse notar. Uzui ya sabía que estaba ahí.

"Usted lo sabía" Uzui, no pregunto, afirmo, levantándose y mirándola a la cara. Queriendo espantar a la omega para que se fuera, no quería a nadie ahí. Pero, Alana no se movió ni un centímetro.

"Usted lo supo y no dijo nada" dijo entre dientes, y no quiso ocultar su malestar al sonar brusco.

Alana solo callo, mirando el lobo en el. Las pupilas dilatadas, gruñéndole como si fuese una amenaza.

LONELY -UZUZENWhere stories live. Discover now