Él paseó los ojos por la habitación mientras hablaba consigo mismo.
《Ella se ha ido. No puedo creer que me haya abandonado. Esta habitación se siente tan vacía sin su mirada tierna y dulces carcajadas. La amaba, y no hubo día que no se lo dijera. Recuerdo nuestro primer beso, tan suave, tímido y romántico. Era tan hermosa, yo hubiera pasado toda mi vida a su lado. Sin embargo, de un día para otro, empezó a cambiar conmigo. Era fría y dura, ya no me quería cerca y me negaba sus besos. A veces me empujaba, pues ya no le importaban mis sentimientos. Me dolió verla irse con otro hombre, me dolió que ella...》-Álvarez, ¿Qué haces aquí? -interrumpió alguien -Te he estado buscando.
-Ah, sí... yo... yo solo arreglaba el cuarto.
-Ya veo, es el de la paciente Roxana, ¿No es así? Me da gusto que la dieran de alta. Los psiquiatras de este lugar son excelentes. Ahora vamos, necesitan dos enfermeros en el cuarto 38, el paciente se volvió a morder el brazo.