¿No podemos saltarnos al final?

Capítulo 2

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Notas de autor: El Sistema está más activo aquí, ya que aún no ha entrado oficialmente en hibernación. Esto estresa a Shen Yuan.
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Luo Binghe se dió cuenta de que algo andaba mal en el momento en que se despertó, solo, en su antigua habitación de cuando era un discípulo. La vieja cama demasiado pequeña para su cuerpo adulto, y demasiado vacía, al faltarle el esposo con el que se había ido a dormir unas horas atrás.

Fue más que solamente la falta de su dulce A-Yuan lo que dio pausa a Luo Binghe. No presumía de tener una memoria perfecta, pero era lo suficientemente buena como para reconocer que esta habitación aún no había sido remodelada después de la visita que su otro yo les hizo cuando usó Xin Mo para cruzar dimensiones. Sus túnicas de discípulo de Qing Jing estaban exactamente donde se suponía, Zheng Yang reposando en el mismo lugar que siempre la dejaba mientras dormía cuando era adolescente, en vez del soporte compartido con Xiu Ya donde estaba acostumbrado a verla.

No le llevó mucho tiempo darse cuenta de que estaba en su pasado. Después de que su esposo revelara sus orígenes y le diera permiso de llamarlo por su verdadero nombre, se le empezaron a salir algunos anacronismos de su mundo. Uno que Luo Binghe recordó como particularmente apropiado para este momento: pues ya qué.

No estaba preocupado por su integridad, sabía que probablemente podría vencer a cualquiera en este tiempo en una pelea incluso sin Xin Mo, excepto tal vez al propio Líder de Secta. Dudaba mucho que su yo del pasado presentara algún peligro para su esposo si lo único que sucedió es que hubo un cambio de lugar. De hecho, probablemente le había dado un regalo a su joven yo al ver a quién le esperaría en unos años. Luo Binghe esperó estar celoso, pero la simple noción le causó gracia. Se conocía a sí mismo y conocía a su esposo; A-Yuan probablemente no vería a su versión joven como más que un niño, para la frustración del muchacho. Muchacho que preferiría cortarse la mano antes que tocar a su Shizun sin su explícito consentimiento, a diferencia de esa otra versión de él que...

Luo Binghe suspiró y evitó pensar en esa insolente basura. Mentiría si dijera que no estaba preocupado de que su esposo se encontrara lejos de su lado, pero su Shizun era muy capaz, aún más de lo que era antes de su matrimonio, ya sin padecer de Sin Cura y después de meses de cultivo dual.

Así que, ante una situación inesperada, Luo Binghe decidió buscar a la única persona que lo mantenía estable: Shen Qingqiu. Quería convivir con aquél hombre que alguna vez vio como un inmortal inalcanzable, ahora su igual, su amante. Eso y quería poner a prueba su propia nostalgia de este entonces. A pesar de que el cuerpo de su Shizun no estaba marcado físicamente por todas las penas que sufrió desde que empujó a Luo Binghe al Abismo, su esposo había cambiado. Más agotado, pero también con los pies más firmes sobre la tierra. Ver las cosas en retrospectiva era algo revelador y Shen Yuan parecía más maduro en la época de Luo Binghe que cuando empezó su papel como Shen Qingqiu.

Muchas cosas empezaron a hacer sentido una vez que su esposo reveló que no siempre había sido Shen Qingqiu y que mentalmente era poco más que cinco años mayor que Luo Binghe.

... ¿De casualidad era mayor que su esposo en este tiempo?

Sí lo era.

Oh, ya tenía una idea de cómo le iba a sacar provecho a esto.

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—¡Shizun!—

Shen Qingqiu se empezó a despertar, confundido al ser llamado tan temprano por Luo Binghe. Tenía que impartir clases, sí, y Luo Binghe normalmente tenía la poco envidiable tarea de despertarlo, pero algo andaba mal. ¿Cuándo fue la última vez que su discípulo entró en su habitación para despertarlo en lugar de esperar en la puerta? Mejor dicho, ¿cuándo fue la primera?