61. Preocupada por mis niños

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14 de marzo de 1998

Habían pasado ya varios meses sin saber nada de los chicos y era una tortura demasiado horrible, eso de no saber como estaban o si estaban bien, era inquietante. Lo último que supimos y fue gracias a Sirius que fue al Cuartel días después de la boda. Nos contó que Kreacher los había visto y se habían quedado ahí a dormir, por no decir que estuvieron hablando sobre el guardapelo, descubriendo que era falso y que el verdadero lo tenía Umbridge.

También nos enteramos por Kingsley que el día después de la boda los chicos fueron al Ministerio, seguramente para quitarle el guardapelo a la bruja rosa. Nos contó que habían logrado escapar lo que me quitaba un peso de encima a decir verdad.

Últimamente, no solía comer muy bien y dormir aún menos, pero lo estaba intentando por James, que siempre estaba preocupado por mí. Por obvias razones tuvimos que escondernos porque éramos un objetivo clave. Así que Sirius fue el Guardián y nadie podía entrar en casa, creímos que así sería lo mejor.

Neville y Asher decidieron ir a Hogwarts, aunque yo muchas veces les había intentado convencer de que no era un lugar seguro, ellos insistieron. Simplemente, para de que de esa forma pudieran cuidar a Ginny y a Luna. 

Así que habían ido a Hogwarts y según nos había contado Neville y Asher en Navidad, las cosas en Hogwarts iban de mal en peor. Los hermanos Carrow eran los profesores de Defensa contra las Artes Oscuras y sus maneras de dar clases eran espantosas. El problema es que no podía ir a protegerlos porque estábamos escondidos y correría peligro, así que tenía que aguantarme.

Me preocupaba demasiado que ellos fueran, porque también era obligatorio y aunque yo quisiera que se quedaran no podrían porque eran las nuevas reglas que impusieron en Hogwarts.

Odiaba demasiado esta situación, pero al menos estábamos todos juntos y los días solían pasarse demasiado rápido. Solíamos jugar con los niños, a veces mientras los niños jugaban nosotros hablábamos de cualquier cosa solo para poder distraernos un poco de todo.

Como estábamos encerrados en noviembre habíamos celebrado el cumpleaños de Reg y Sirius, la verdad fue muy lindo y logramos que los niños disfrutaran al máximo. Habíamos celebrado casi la mayoría de los cumpleaños. El siguiente sería el de James la verdad es que no podía comprarle un regalo, aunque él había insistido en que no hacía falta ningún regalo. Que lo único que quería es estar todos juntos disfrutando del día. 

Ahora me encontraba en mi habitación bocabajo, porque era demasiado temprano y no se escuchaba ningún ruido, aunque debía destacar que James no estaba en su lado. Por lo que supuse que estaría en la planta de abajo haciendo el desayuno o jugando con los niños porque a veces solían despertarse demasiado temprano. 

Cerré los ojos para intentar dormir aunque sea un poco antes de bajar y encontrarme con la tropa entera o con solo unos pocos. La verdad es que era bastante complicado, pero lo intentaría.

De pronto escuche la puerta abrirse y no le preste atención porque estaba convencida de que sería James y no me equivoque porque se acerco a mí para darme un beso en la cabeza. Supe que fue él por el olor de su perfume, el que solía usar siempre y era demasiado adictivo.

—¿No puedes dormir? —negué mientras seguía con los ojos cerrados.

—¿Qué haces despierto tan temprano? —estaba vez abrí los ojos para verlo y tenía una pequeña sonrisa en su rostro.

—Fui a beber agua y Sirius bajo también, así que estuvimos hablando de cualquier tontería —asentí poniéndome boca arriba y me quede viendo el techo— ¿Quieres hacer algo para distraerte un poco? —lo mire.

—¿Cómo que? —James me miro divertido y se fue a buscar unas cosas. Minutos después las encontró y me mostró las corbatas— Ay no.

—Ay si —soltó una pequeña risa. Se acerco a mí y ato mis manos con cuidado a la cama.

—James —lo mire y el levanto mi camiseta de pijama, haciendo que me tapara la vista y de esa forma no verlo cuando hiciera algo— ¡Oye! 

—¿Confías en mí? —obviamente que confiaba en él, pero me hubiera gustado verlo.

—Si —no escuche mas porque sentí su aliento rozar mi cuello y empezó a dejarme besos en el cuello delicadamente y yo simplemente me limite a morderme el labio.

Después dejo los besos para empezar a dejarme marcas en el cuello mientras me acariciaba delicadamente la cintura.

—James... —susurre soltando un pequeño jadeo.

—¿Si amor? —siguió a lo suyo bajando los besos, volví a soltar un pequeño jadeo, pero duro poco nuestro momento porque alguien decidió molestar y entrar en la habitación. James rápidamente me bajo la camiseta, para ver a Sirius en el marco de la puerta.

—¡Hola mis conejos favoritos! —Sirius se quedo viéndome y abrió los ojos— ¡No me jodas! ¡Freya tenías razón! —James me soltó soltando un suspiro y se acerco a mi oído.

—Lo siento amor, te prometo que mas tarde te lo compensaré —murmuro a lo que yo asentí mientras él me desataba.

—¿Sobre qué tengo razón? —elevo ella la voz desde la planta baja.

—¡James y Addie! — volteé los ojos viéndolo.

—¿La ato? —grito ella y sentimos pasos acercándose, hasta que ya estuvo al lado de Sirius y nos veía divertida.

—¡Si! 

—James Fleamont Potter —esta vez James volteo los ojos abrazándome.

—Ni que Sirius a ti no te diera —Freya se acerco a él para pegarlo y James al ser tan valiente se levanto rápido de la cama y corrió a la salida empujando a Sirius.

—¡Vuelve aquí cobarde! —le grito Sirius divertido.

—¡Una mierda! —elevo la voz James desde la planta baja. 

—¡Una mierda! —grito Marlene sin pronunciar muy bien la R.

—Marlene tú no digas eso cariño —escuchamos la risa de Marlene y yo solo me limité a voltear los ojos por el panorama. 

—¡Animal rastrero! ¡Ven ahora mismo si no quieres que sea peor! —le grito Freya, solté una pequeña risa mientras me levantaba para ir al baño a limpiarme la cara. 

Cuando salí vi a James con Marlene en brazos asustado.

—Freya cuidado tengo un bebé —Sirius le arrebato a Marlene y lo miro divertido.

—Ni Peter Canuto, ni Peter —dijo James y corrió hacia mí para ponerse detrás mío.

—Yo soy mas hermoso y follable que Peter y no soy un traidor maldito ciervo idiota —los mire divertida.

Siendo sinceros habían logrado un poco que se me olvidara el tema y se lo agradecía demasiado, porque últimamente ni sonreír podía por pensar en que alguno de nosotros moriría.

Yo no tenía miedo a morir y si alguna vez me llegaba el momento, aceptaría a la Muerte como una vieja amiga.

No tenía miedo a morir, a lo único que tenía miedo era de que les pasara algo a las personas más importantes de mi vida, así que si debía ser una perra sin corazón para proteger a los míos, lo sería. Por ellos seria capaz de muchas cosas y todo el mundo es testigo.

El amor lograría que hiciera cosas que antes no creía posibles. 






NOTA DE LA AUTORA

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Like I Can [James Potter] (Wattys2022) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora