IV: Libra, pt. 1

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La Residencia Saint. Yang

TW- mención de suicidio.

Tres días después del funeral de Hwang Yeji; una semana después del incendio en el bosque, hubo una gran detención de transporte en Stayville.

El Gran Hwang nunca le había importado las relaciones que su hijo había tenido a lo largo de su vida, aún cuando vio a Hwang Yeji (no hija de él) crecer a través de los años. Sin embargo, desde los sucesos extraordinarios que han pasado, junto con el cambio antidemocrático de alcalde y renovación en la comisaría, el Gran Hwang decía que había algo malo.

La carretera 38 estaba colapsada de los camiones de la distribuidora del Gran Hwang, con los camioneros estacionados y tocando bocinas como signos de protesta. La detención de los camiones con hojas de papel, para cocinar, cajas de embalaje, bolsas y distintos objetos más serían la gran pérdida por la detención de un día.

—Señor Hwang... —Frente a él, con su semblante correcto, la alcaldesa Rhoi mantenía la calma con cada una de sus palabras. —Entiendo su descontento, pero yo no puedo hacer nada respecto al fallecimiento de esa chica.

—No es el fallecimiento de la chica —aclaró enseguida el Gran Hwang—. Lo que me preocupa es todo lo que ha sucedido antes de eso. Si usted considera que esto ha sido normal...

—Disculpe, señor Hwang, pero- ¿Qué es lo que usted no consideraría normal?

Ni siquiera el Gran Hwang podría describirlo. Su pueblo, Stayville, estaba distinto, y era consciente de que cada vez que lo que amaba era distinto, era porque algo sucedía.

Los cambios no eran esporádicos.

—Señora Rhoi, yo no sabría decir si la respeto, la verdad —aclaró el Gran Hwang, con una presunta inocencia tras acomodar ciertas cosas en el escritorio de la mujer—. Desde su llegada, la existencia de distintos acontecimientos que ha afectado bruscamente a nuestro pueblo ha causado que las fechas apunten a un culpable, y usted....

—Señor Hwang —aclaró la mujer, cortando enseguida la insinuación—. Yo no puedo hacer nada al respecto de la muerte de esa chica, como tampoco su detención voluntaria como transporte de la fábrica de celulosa. Si no es claro conmigo, no podré ayudarlo.

—¿Por qué llegó usted, en primer lugar?

La alcaldesa Rhoi siempre estimó ese tipo de pregunta llegando hacia ella. La vida no era tan sencilla y la naturaleza no era tampoco funcional, por lo que el trabajo extraordinario en el área militar donde ella destacaba generaba que ese tipo de circunstancias hicieran aparecer esporádicamente. Ya había pasado, en la costa lejos de Stayville, donde se vio la columna de un animal marítimo tan grande y peligroso como cautivador; ahora, sucedía con aquellas cosas que habían salido de una casa desconocida.

Había ciertos tipos de cláusulas para actuar con alrededor de lo que sucedió en la casa de Jung Hanai, porque el horror de ver cuerpos volteados no solo era traumático sino denunciable, hizo que la señorita Rhoi mantuviera su semblante icónico alrededor de todo los aconteceres.

Ella, por naturaleza, tenía el don de la seguridad, porque en sus actos egoístas cercanos a la muerte generó que sus movimientos sean con cautela.

—Porque el alcalde anterior era incompetente —explicó sin más la mujer—. ¿Qué considera usted, en este instante, que sería bueno que yo hiciera en mi trabajo?

—Transparencia. Se dice que los militares allanaron hace unas semanas las casas de unos chicos- la mía, incluyendo. También firmar un contrato de confidencialidad a los vecinos de Jung Hanai —contó el Gran Hwang—. Y si usted, con todo respeto, no aplica transparencia con nosotros, los ciudadanos, me veré obligado a detener el transporte de la fábrica hasta que se cumpla nuestros alegatos.

Menú de Dios [#2]; Stray KidsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora