𝐁𝐫𝐨𝐰𝐧𝐢𝐞 𝐊𝐢𝐬𝐬 jilix

brownie boy's

A Felix le gustaban los brownies, y en aquel punto Han se veía como uno, tal vez, incluso mejor que uno.

Jisung de alguna manera estaba muy sorprendido. Lee era este chico lindo y amable, su mejor amigo y pañuelo de lágrimas; le amaba y le conocía tan a profundidad. Al menos eso creía, porque jamás habría podido imaginar una faceta tan imponente del menor.

Eran muchos pensamientos, rápidos y dispersos. Ante la situación la cabeza del peli castaño maquinaba respuestas, quería entender lo que sucedía, pero no había forma, era lo que era.

Felix le había acorralado contra la isla de la cocina. Su mano derecha sujetando firmemente su cintura y la izquierda inmovilizando con fuerza su mandíbula.

- No te insinues de esta forma si no vas a ser capaz de llegar al final - las mejillas de Han siendo oprimidas hacían que sus labios se abultaran y se miraran aún más rellenos de lo que ya eran. El pequeño trozo de postre que anteriormente era sostenido entre sus labios había caído.

¿En qué momento todo había terminado así? Claro, sucedió cuando Han luego de terminar de hacer aquellos brownies junto a Felix había tomado uno en la boca. Como de costumbre, bromeando con el menor. Creyó que siempre sería igual, inofensivas bromas que el rubio jamás respondería en serio.

- F-felix - intentó articular. Se sentía en verdad nervioso, de alguna forma era como si quien estaba frente a él fuese otra persona, ¿dónde estaba ese tierno chico que parecía no matar ni una mosca? Cada segundo se hacía agonizante y algo dentro de él quería respuestas, acciones, pero Lee no hacía más que sostenerlo firmemente y mirar sus labios con detenimiento.

- Hannie, no es fácil soportar tus jugadas - y tras decir aquello Felix beso los rosados labios del contrario. Tan ansioso y demandante como sólo él. Tener aquel control sobre el cuerpo del chico le ponía, y mucho. Hacía semanas que quería tomar al mayor. Cada que Han se acercaba y se alejaba era una tortura para él.

Por fin estaba degustando aquellos belfos; tal cual como lo había imaginado, eran dulces, suaves, parecía que besaba una nube. Como pensó en un inicio, le gustaban más que los brownies.

Han estaba derritiéndose, Felix era la mezcla perfecta de rudeza y suavidad. Lo podía jurar, pues su mano le sujetaba como si lo estuviese reclamando, marcando; y de una forma silenciosa, diciendo "eres mío", mientras que sus labios, si bien habían sido demandantes, ahora sólo parecían acariciarle con amor.

Con el paso de los minutos Jisung no pudo seguir conteniendo aquellos leves sonidos que habían querido salir pero que había estado reprimiendo. Lee recibía gustoso cada jadeo que emitía el castaño, ahogando el sonido entre el roce de labios que mantenían.

El más bajo no entendía lo que pasaba pero tampoco le importaba, si Felix era tierno siempre o no, no lo sabía, pero quería descubrirlo.

Inevitablemente el pecoso aflojó el agarré en la mandíbula del mayor para dejar ambas manos sobre la cintura del chico. Han había dejado de lado la inicial tensión en su cuerpo, y como si sus brazos conocieran bien su lugar se situaron sobre los hombros del contrario.

De un momento a otro el castaño había terminado con el trasero sobre la isla, besando y quitando la chaqueta de mezclilla que llevaba puesta Lee.

- L-lixie - Jadeo cuando inconcientemente el menor le rozó la entrepierna con la cadera. Fue entonces que Felix aprovechó la posición para frotarse descaradamente. Tan pronto la fricción fue sentida por ambos, los suspiros también se hicieron más constantes.

La ropa no debería existir, pensó Han. Y como si el pecoso le leyera la mente comenzó a deshacerse de la ropa que se interponía entre sus manos y la piel ajena.