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Ambientado en una época antigua. En la que Tomas es musico y Rodrigo un hombre de negocios que debido a su trabajo viaja mucho.
Tomas se movió por la casa tan rápido como un colibrí. No estaba seguro de haberse sentido alguna vez tan nervioso o emocionado en su vida por como ahora. Incluso cuando canto por primera vez, nunca estuvo tan ansioso. Pero cuando se trataba de la seguridad y el bienestar de Rodrigo, nunca dejaba de preocuparse por él. Tomas se detuvo en el baño y se miró en el espejo, pasándose las manos por la frente y luego por el cabello. Se inclinó más cerca y se revisó los dientes, luego dio un paso atrás y respiró hondo. Miro su reloj y ya era casi mediodía. ¡Rodrigo llegaria pronto!
Tomas sonrió ampliamente y revisó dos veces el dormitorio, asegurándose de que la cama estuviera hecha, las sábanas dobladas correctamente. En la mesita de noche junto a la cama había una gruesa pila de cartas y cajas que Rodrigo habia mandado mientras estaba lejos. Insistió en que comunicarse a través de cartas era más romántico y Tomas realmente no podía discutir con eso, ya que siempre había sido un fanático de los gestos románticas y cursis o escenarios cliché. Todas las noches, durante la ausencia de Rodrigo, Tomas se sentaba en su cama y leía las cartas, escuchando la voz de su pareja en su cabeza mientras lo hacía.
Tomas recogió la última carta que le había enviado Rodrigo, en la que le daba la noticia de que regresaba a casa. Tomas nunca olvidaría la alegría que sintió al leerla por primera vez hace tres días. Sonrió, acariciando suavemente los bordes de la carta antes de volver a dejarla. Las mariposas llenaron su estómago de nuevo a medida que el tiempo se acercaba.
Finalmente, a las tres de la tarde, Tomas escuchó el sonido de un vehículo que se detenía frente a la casa. Miró por la ventana de la sala y vio un taxi amarillo en la carretera. Tomas salió corriendo justo cuando el camión se alejo, revelando a Rodrigo al otro lado. Todavía vestía su traje, a excepción de su corbata. Estaba pasando una mano por su cabello, pero se detuvo cuando vio a Tomas al otro lado del camino.
Rodrigo sonrió y cruzó la calle corriendo, abriendo la puerta de la cerca que rodeaba el frente de la propiedad. Tomas salió corriendo y se encontró con su novio a mitad de camino. Rodrigo se arrojó a los brazos de Tomas en el abrazo más grande y significativo que jamás habían experimentado. Tomas suspiró, enterrando su rostro en el cabello cafe de su pareja, amando la sensación de Rodrigo en sus brazos.
"Te extrañé mucho", dijo.
"Yo también te he extrañado, amor", respondió Rodrigo, apretando la cintura de Tomas.
Se abrazaron durante varios minutos en silencio, hasta que Rodrigo se apartó un poco. Tomas lo estudió. El cabello de Rodri estaba más largo que antes y olía a cigarro, whiski y papel. Se veía tan guapo con su uniforme de trabajo y sus zapatos añadían unos centímetros a su altura.
