Única parte

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La brisa de la playa movía su cabello de lado a lado. La arena se metía entre los dedos de sus pies. Le dio otra calada a su cigarrillo e inhalo el humo como si fuera su única fuente de curación para tapar el dolor que sentía por dentro. Miró su celular, pero el mismo seguía sin tener notificaciones de la única persona que le importaba.

Por fuera podía aparentar que no le importaba, pero por dentro el no saber nada de él le estaba carcomiendo por dentro.

Sus amigos cercanos pueden ver a través de su mascara, esa mascara que utiliza para aparentar que todo está bien cuando en realidad siente que se está muriendo por dentro. Esos amigos que le reprochan y regañan cuando ven a Hoseok pegado a su teléfono en busca de algún mensaje. Esos amigos que pueden ver que todavía sigue enamorado de ese maldito chico que le destruyo la vida por completo.

Metió su mano en la pequeña nevera portátil y sacó una cerveza de ella al ver una pareja pasear felizmente por la playa. Recuerda cuando Changkyun y él eran así, felices e inocentes. O al menos Hoseok lo era. Ya no puede distinguir en que momentos Changkyun estaba actuando de verdad y cuando era mentira. A Hoseok no le gusta pensar en ello, ya que no quiere dañar las buenas memorias que tiene con su exnovio.

Cuando empezaron a salir todo el mundo le advirtió que no se metiera con él.

Ese chico te llevara al cielo y luego te bajara al infierno de un golpe. No te metas con él, Hoseok.

Solo te usara para conseguir lo que quiere y luego te dejara tirado como un perro en la calle. Hazme caso, Hoseok.

Lo mejor que sabe hacer es hacerte sentir como la persona más especial e importante del mundo, y cuando te tenga ahí, en la palma de su mano, no te dejara ir, Hoseok. Eso te lo aseguro.

Debió haber escuchado esos susurros antes de haber caído en los encantos de Im Changkyun, pero cuando se dio cuenta de quien era realmente ya era demasiado tarde.

Changkyun lo tenía en la palma de su mano, y efectivamente, no quería dejar a Hoseok irse de allí.

Hoseok era su perro faldero. Cualquier cosa que Changkyun le pedía era algo que Hoseok tenía que conseguir a cualquier costo. El dinero no era problema, Hoseok tenía su propia empresa y no dependía de nadie. Algo que a Changkyun parecía fascinarle y se lo recordaba constantemente cuando viajan en aviones privados o se quedaban en los hoteles más caros de cada ciudad. Hoseok no dudaba en gastar su fortuna en Changkyun si eso hacía que su novio fuera feliz.

El problema comenzó cuando eso no parecía satisfacer a Changkyun. Las prendas, el dinero, los hoteles y los viajes no eran suficientes. Changkyun quería tener a Hoseok todo el tiempo a su lado, no le importaba que Hoseok tuviera que ir a trabajar y cerrar negociaciones importantes para su empresa. Changkyun quería que toda su atención fuera solo para él.

Hoseok trato de manejar la situación lo mejor que pudo, pero al ver el riesgo de perder a Changkyun decidió cumplir con sus demandas. Dejo que otros se encargaran de sus negocios y se quedaba más tiempo en casa con su novio. Pero luego de un tiempo esto tampoco era suficiente para Changkyun.

Changkyun le dijo que se sentía ahogado y necesitaba espacio. Decía que Hoseok era demasiado empalagoso y no le dejaba respirar ni sentirse libre. Cuando Hoseok trato de explicarle que la idea de pasar más tiempo juntos vino de Changkyun, la única respuesta que recibió fueron insultos y berrinches sobre que Hoseok estaba tratando de culpar a Changkyun por sus defectos. Y Hoseok, como siempre hacía, le dio la razón a Changkyun.

Luego de esto Changkyun comenzó a salir de fiesta constantemente con sus amigos. Casi no pasaba tiempo en casa y cuando lo hacía solo se le pasaba buscando cualquier excusa para causar discusiones entre los dos. Hoseok trataba de no seguirle el juego, pero Changkyun sabía que botones apretar para hacerlo explotar.

𝘜𝘯 𝘤𝘰𝘤𝘰 •Wσɳƙყυɳ•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora