CAPITULO 43: Mirada al horizonte

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Emiko se sorprendió de la reacción de Mikoto. Y es que la joven esperaba llanto y un escándalo similar al anterior, pero ella estaba en total silencio, su mirada apagada, observando el patio de la casa.

-¿Te sientes bien, mamá?- Le preguntó Itachi. Mikoto continuó callada, mientras Fugaku colocaba su mano sobre el hombro de su esposa.

-Estaré bien- Dijo la mujer después de un rato en silencio. Colocó su mano sobre la de su esposo y continuó, de forma queda -Todo estará bien. Ahora si me disculpan, haré la cena- Dijo esto para levantarse y dirigirse a la cocina de la casa. Todos los presentes la observaron.

-Ella no está bien- Le susurró Emiko a Itachi.

-No, parece estar en un transe- Le dijo este -Papá, sugiero que tu te ocupes de mamá mientras yo me ocupo del asunto de Sasuke, además, supongo que tienes tus obligaciones con la policía militar-

-Sí, he estado descuidando últimamente ese asunto. Mantenme informado-

-Si me lo permite, le pediré a Yumi que venga a ver a Mikoto- Dijo Emiko.

-Eso sería una buena idea, estoy preocupado por ella- Dijo Fugaku.

-De paso voy a ver a Naruto, mi padre me dijo que ya lo trasladaron a una habitación-

-Me gustaría hablar con él, para saber cómo vió a Sasuke- Le dijo itachi.

-Veré como se encuentra y te lo digo- Le contestó Emiko, Itachi asintió, y ella se separó de ellos dos.

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Poco a poco fue despertando, sus ojos azules comenzaron a explorar la habitación donde se encontraba, todo estaba en silenco, a excepción del murmullo exterior, había una mesa al costado de su cama, encima un pequeño jarrón con flores, una de ellas de color blanca, como la que Sakura acostumbraba llevarle a Sasuke cuando estaba hospitalizado, su amiga si se preocupaba por él después de todo, pensó Naruto con una pequeña sonrisa.

-Veo que ya despertaste- Escuchó decir el chico, y al girar la cabeza se encontró con la amable mirada de Hiroaki.

-Viejo, ¿qué sucedió?-

-Ya te contaré todo, pero dime, ¿cómo te sientes?- Le preguntó de forma tranquila. Naruto lo observo, y notó que el hombre no estaba precisamente en buen estado, se notaba que no había dormido mucho, tenía ojeras, estaba un tanto desarreglado. Se preguntó entonces si él era la causa de tal descuido.

-Me siento bien- Su estómago eligió ese preciso momento para gruñir, sacándole a ambos una risa -Creo que tengo un poco de hambre- Dijo el niño.

-Por supuesto, y no es nada que un buen tazón de ramen no pueda solucionar- Le dijo Hiroaki.

-Viejo, ¿Por qué estás tan desarreglado? ¿Acaso estuviste preocupado por mi todo este tiempo?- Hiroaki miró a Naruto y puso su mano sobre su cabeza, acariciándole el cabello, un gesto que normalmente hacía con el niño, y que él mismo recordaba de pequeño.

-¿Qué clase de padre sería si no me preocupo por ti?- Le contestó con una sonrisa, Naruto estaba tentado de recordarle que él no era verdaderamente su hijo, pero, después pensó, con una sensación cálida en el corazón, que Hiroaki había sido, y seguirá siendo, su única figura paterna, no sabía porque lo adoptó, salvo que era amigo de sus verdaderos padres, pero Hiroaki siempre lo hizo sentir querido.

-Bien, voy a buscarte algo de comer y de paso le digo a Yumi así te examina- Dijo esto y salió de la habitación. Dejando al niño pensando en todo lo acontecido.

CRONICAS DE UN AMOR SHINOBIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora