Capítulo 11

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Marinette

—¿Y bien qué espera?
¡Agachese ya!

Le ordeno en un grito a Gabriel Agreste, hace un momento llegué a su casa para empezar finalmente con mi venganza hacia él.

—Si no quiere que sea yo quien lo haga desaparecer para siempre agachese y pídame perdón de rodillas y no se le olvide besar mi zapato también querido ex suegro.

Me mira muy enojado, puedo notar la rabia reflejada en sus ojos.

—¿Qué está esperando?

—Ni pienses que lo haré-

Interrumpo sus palabras agarrando su brazo y comenzando a girarlo arrugando así su piel y causándole un dolor que por su expresión parece insoportable.

—Usted no está en posición de desobedecerme ni contradecirme.

—Sueltame maldita sea.

—Dígame una cosa esto, todo esto
¿No le recuerdo a algo?
Aquí, en esta sala cuando yo era quién estaba vulnerable usted me destruyó la vida pero ha llegado mi turno de destruir la suya ¡QUÉ ESPERA PARA AGACHARSE!
O juro que le romperé el brazo ahora mismo.

Lentamente se va agachando hasta estar como un perro delante de mí, entonces levanto mi pie y lo apoyo en su cabeza.

—Así lo quería ver.

Pongo presión sobre su cabeza haciendo que se agache más.

—Sigo esperando sus disculpas señor Gabriel.

Presiono el tacón de mi zapato sobre su cabeza con más fuerza para que le duela.

—P-perdón Marinette.

—¡Más fuerte! No lo escucho.

—¡Perdón! Nunca debí haberte alejado de mi hijo y mucho menos agredirte cómo lo hice.

¿Quién diría que llegaría el día en el que tendría este a desgraciado arrodillado delante de mí, pidiéndome perdón?

—Agache su cabeza frente a mí y póngala encima de sus manos ahora.

Verlo obedecer todo lo que le ordeno me hace sentir una satisfacción enorme, ahora es él quién está vulnerable frente a mí y sin posibilidad de defenderse de mí como me pasó con él, cuando yo fuí vulnerable e indefensa ante él pero las cosas han cambiado y tengo la oportunidad de hacerle pagar.

Pisoteo su cara tanto como quiero.

—¿Sabe qué es lo que falta para devolverle lo que me hizo ese día?

Su silencio me confirma que no quiere ni responder, él debe de saberlo ya.

—De pie ahora.

Se levanta y al instante lo miro sonriendo, puedo notar que está sudando me encanta verlo así asustado por mí teniéndome miedo, el mismo miedo que yo le tuve a él.

—Ese día cuando casi pierdo a mi hija fue porque usted me agredió entonces, para completar lo que pasó ese día yo debería de agredirlo a usted y hacer que quede tan mal cómo yo ese día ¿No cree?

—E-eso ya sería demasiado.

—Usted no pensó en eso antes de hacerme daño ¿O sí?

Cierro mi mano y le estampo un puñetazo directo en su estómago tan fuerte que comienza a toser como si hubiese perdido el oxígeno. Alcanzo a ver qué hasta sangre expulsó aunque solo fue un poco, las clases de defensa personal que tomé me sirvieron mucho. Luego de eso lo pateo en la misma zona él se agarra su abdomen y se queja.

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⏰ Última actualización: Jun 26, 2022 ⏰

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