Una tranquila mañana, Katherine, una mujer viuda de 36 años que estaba embarazada de ocho meses, preparaba el desayuno para sus tres hijos, Daniel, de 11 años, Nancy de 10 y Miguel de 7, los pequeños ya arreglados, se sientan en el comedor listos para desayunar y después ir al colegio. Katherine les sirve, los niños comen de prisa ya que era un poco tarde. Se escucha que llega el transporte escolar, terminan y rápidamente se dirigen a la puerta.
- Rápido niños o se irá el autobús - dice Katherine despidiéndose, dándoles un beso a cada uno en la mejilla.
- ¡Adiós mami! - le dicen los tres pequeños mientras corren hacia el autobús.
Katherine queda sola en casa como es de costumbre, se prepara una taza de té, se sienta en la sala, prendé la televisión y se relaja un poco, quedando dormida, pero Katherine parecía que estaba teniendo un sueño extraño, sus gestos parecían de dolor, miedo y desesperación. De pronto suena el teléfono lo cual hace que se despierte rápidamente soltando la taza de té, derramándose en el piso.
-¡Ay, rayos! No puede ser- dice Katherine mientras sostiene su cabeza.
Se levanta, toma el teléfono y contesta.
-¿Bueno?- nadie contesta – Hmm, número equivocado probablemente-.
Cuelga, da la vuelta, y al haber olvidado que derramó el té se resbala, cayendo fuertemente de frente, lo que provoca y un fuerte dolor en el vientre, por lo que siente que dará a luz, Katherine teniendo el teléfono en mano llama a emergencias, acuden rápido a su casa y la llevan al hospital.
Estando en el hospital, Katherine da a luz a su pequeño bebé, al cual llama Adal y parece estar todo bien, marca a su hermana dándole la noticia y pidiéndole que vaya por sus niños a la escuela. Su hermana llega al hospital para llevarla a casa.
Pasa la tarde, los niños conocen al bebé, todo normal. Katherine coloca una cuna en su habitación, y acomoda al bebé para dormir, Katherine de verdad estaba feliz, le da un beso en la frente al pequeño, se acuesta y después de haber tenido ese día, termino agotada y de inmediato se quedo dormida, pero vuelve a tener un sueño extraño durante la noche, además de un grito, lo cual hace que despierte cuando está a punto de amanecer, y siente demasiado silencio, mira la cuna y decide levantarse a ver al bebé, Katherine estando un poco somnolienta, abraza el bebé, pero nota que no hay algún movimiento por parte del él.
-No, no, ¡¿qué sucede, qué sucede?!- preocupada, empieza a llorar y desesperada intenta de todo pero no hay señales de vida, el bebé había fallecido, y Katherine, solo se arrodilla con su bebé en brazos sin dejar de llorar, los niños despertaron y fueron a la habitación de su madre, vieron lo que estaba pasando y Katherine voltea, y solo les ve llorando.
Katherine estaba realmente devastada, ya no se le veía llorar, solo una cara pálida y callada, marca a su hermana y le comenta lo que pasó.
-¡¿Pero cómo fue que pasó!?-. dice su hermana.
-No lo sé, solo... murió.-. respondió Katherine.
Su hermana rápido acude a casa, ella solo hablaba y diciendo en que panteón podrían enterrar al bebé, pero se le interrumpe por Katherine.
-Lo quiero aquí-.
-¿Cómo dices?-. le pregunta su hermana algo confundida. -¿Estás segura?-.
-Sí.- mirándola a los ojos – lo quiero aquí, en casa-.
Su hermana quedo de acuerdo para así evitarse problemas, ese mismo día el esposo de su hermana, junto con ella empiezan a prepara todo para enterrar al bebé, pasa un momento y todos estaban ya estaban ahí, orando y viendo la pequeña tumba del bebé, por parte de Katherine no se le veía una lágrima, estaba callada, por lo que su hermana decide preguntar: