¿Por qué te vas tan rapido, hermoso ser acendrado? ¿No ves que sin ti paso a ser una absurda monotonía? «Dejame adorarte» dije aquella noche casi dormida a tu lado. Tus ojos grisáceos, tristes, me respondieron. Miedo. Cobardía quizás. ¿Acaso te asusta lo que sientes, bello karma?
¿O es que acaso dudas de las noches en las que me llenaste de insomnio?
Bonita epifanía fue conocerte, y un corto tiempo me queda para que pasemos a ser completos desconocidos.
ESTÁS LEYENDO
Poemario de una cobarde
Teen FictionPoemas de una chica con miedo a no ser correspondida.