Capítulo 19

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Austin Grace

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Austin Grace

—Bri, por favor —suelto en una súplica, estando apoyado con la cabeza contra la puerta de su recámara—, hablemos de esto.

—No hay nada que hablar, Austin —le escucho al otro lado de la pared.

Suspiro fuertemente, me paso ambas manos por el rostro. Mi madre de nuevo está haciendo de las suyas, está queriendo llevar un reino que ya no le pertenece y yo espero que Claire no le saque el corazón por ello.

Realmente fue duro ver cómo Aurora cacheteaba a mi hermana, me trajo malos recuerdos. Además de que aunque mi hermana no debió llamarla por su nombre y tampoco hablarle como lo hizo, ella no merecía el golpe. No había necesidad alguna de requerir a la violencia física.

Si era sincero, mamá tenía suerte de que Claire no había hecho que la encerraran luego de ponerle la mano encima. Como hija tal vez no era lo peor del mundo, aunque tampoco estuvo bien. Sin embargo como su soberana, fue una gran falta de respeto que Aurora cacheteara a Claire.

Lo peor de todo es que entiendo las razones por las que lo está haciendo todo. En su mayoría, el pueblo no está de acuerdo con que Claire gobierne sola. Si de por sí los sublevados no la quieren en el trono por ser hechicera, se les hace inaceptable la idea de que aunque Eloy estuviera aquí, mi hermana era la que reinaba realmente. Exigen que Claire se case o abdique.

Sé que mi madre sólo quiere mantenerla en el trono porque es adonde pertenece, pero también entiendo a Claire. Es una situación injusta. Además, la estrategia de las tres opciones siempre la he repudiado, no me sorprende que mi hermana menor lo haga igual.

Es justo por eso que el canciller y yo nos encargamos de hacer un plan factible para este momento. Al principio no teníamos ni idea de cómo lo íbamos a hacer, pero una vez que pensé en proponérmele a Briseida, supe cuál era la mejor solución.

—Bri, escúchame. Tenemos que hablar —pedí, intentando que la impotencia no me invadiera, pues tengo la solución, pero ahora tengo que hacer que ella vuelva a aceptar—. Briseida, yo quiero casarme contigo.

—Pero te casarás con ella —puedo notar cómo su voz se quiebra. Maldita sea, no quiero que llore—. Está bien, Austin. Es tu deber.

Me concentro en girar el seguro de la puerta. Cuando finalmente la abro, me adentro en la habitación. Me encuentro a Brisa sentada en el suelo junto a la cama. Sin importarme nada, me acerco a ella y la abrazo con fuerza.

Mientras la tengo en mis brazos ella llora con fuerza, dejándolo salir todo. Le contaré que tengo un plan, pero ella tiene preocupación acumulada que tiene que descargar de alguna manera, así que la dejo llorar todo lo que necesite. Quisiera decir que me mantuve fuerte, especialmente porque yo sabía que había una solución, pero no voy a negar que me duele verla así.

—Escucha, lo vamos a resolver —hablé, limpiando algunas de sus lágrimas mientras me sorbía la nariz—. Tengo un plan. Nos vamos a casar y seremos muy felices, ya lo verás.

La Unión {Elementales III}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora