CAPÍTULO 20

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Jace.

»Llegas, la buscas, la encuentras, la acorralas, le obligas a escucharte y listo«

En mi mente repetía una y mil veces las palabras que mi linda, tierna y dulce hermana me había dado como solución al hecho de que cierta señorita de ojos lindos me ha estado evitando desde el día en que nos besamos.

Doy varias respiraciones antes de entrar a las instalaciones del instituto, estoy un 90% seguro que Maia se encuentra ahí, mientras que mi corazón se aferra al otro 10% por qué tiene la leve sospecha de que va a salir lastimado.

Camino entre los edificios, tratando de ganar tiempo - y valentía - para enfrentarme a la protagonista de mis nervios estos últimos días. Freno en seco cuando lo veo: una melena castaña oscura atada por la mitad por un lazo celeste.

No sé cuánto tiempo me quedo como idiota parado en medio de un pasillo, lo que sí sé es que aquella chica se está yendo del lugar.

¡Corre maldita sea!

Y eso hago. Corro como un loco sin importarme qué los demás me vean, cuando estoy cerca de ella la tomo del brazo y sigo corriendo tratando de llegar al jardín interior donde hay más privacidad.

-Pero... qué... yo... ¡Jace!, ¿¡qué demonios haces y a dónde me llevas!?

-¡Tienes que escucharme! - es lo único que respondo, ya que siento que en cualquier momento me desmayaré de tanto correr - ¡y no hables! ¡Te cansarás más rápido!

Llegamos finalmente y la pongo frente a mi, le ayudo a acomodarse su mochila y le quito los libros que trae en sus manos, dejándolos en una banca cerca de nosotros.
Cuando me giro nuevamente hacia ella, no pierdo tiempo y tomo su cara entre mis manos y la acerco a mi, besando sus labios me olvido de las instrucciones que me había dicho Anne.

Se queda quieta por unos segundos pero después me sigue el beso, sintiéndome aliviado de que no se apartó.
Nuestros labios se mueven sincronizados, el roce es suave pero a la vez demandante, su manos van hacia mi cabello y comienzan a trazar caricias y tirar de él y oh mi Dios, eso es demasiado relajante. Llega un momento en el que siento que el aire no es suficiente, pero no me quiero separar de ella... hasta que ella es quien termina el beso.

-Eso fue... quiero decir no... no, ¿qué demonios pasa contigo? Me abordaste y trajiste corriendo hasta acá, llegamos y en lugar de explicarme ¡me besas! - habla entrecortado tratando de recuperar la respiración

-Me gustas - me acerco a ella, las palabras saliendo sin siquiera procesarlas - y no es de hace unos días, semanas o meses - niego - es de hace años, es desde que éramos unos críos y desde que por accidente rompiste a mi Max Steel y le pusiste curitas para arreglarlo - tomo un mechón de su cabello, disfrutando de la suavidad de este - me gustas y por lo mismo me duele que me hayas estado evitando desde aquel beso que nos dimos, que ni si quiera me dirijas la mirada cuando estamos cerca, odio no poder hablarte y tener que admirarte de lejos, porque cada que intento acercarme a ti, huyes

Sus ojos miran a un punto fijo tras de mi, más no me miran a mi.

Estoy hecho un manojo de nervios, ella no habla, no se mueve, no dice nada y creo que muy apenas respira. No sé si fue muy apresurado o precipitado, pero realmente necesit-

-Yo no sé lo que siento, pero me gustaría descubrirlo - su respuesta me deja algo descolocado

-¿A qué ... a qué te refieres?

-Me gusta tu compañía, me haces sentir segura, me gusta estar cerca de ti; me gusta que me mires, que me hables de la forma en que lo haces, me gusta como en algunas ocasiones pareces conocerme mejor que yo misma... sólo... yo... he estado tratando de descubrir exactamente lo que siento por ti, no quiero darte falsas ilusiones y después lastimarte

-Entonces déjame ayudarte, déjame ayudarte a descubrir qué es lo que sientes, puedo... puedo conquistarte Mai

Mi mano se dirige a su mejilla y ella cierra los ojos ante mi contacto. Su piel es suave y muy linda, perfecta para llenarla de besos.

-Por favor bonita - dejó un beso en su nariz y al mismo tiempo en que ella suspira

-No quiero que salgas lastimado

-Es un riesgo que quiero correr, si el final eres tú

Abre sus ojos lentamente y da un paso adelante, reposa su cabeza en mi pecho e inmediatamente mis brazos rodean su espalda.

-¿Qué pasaría si te dijera que sí? - si pregunta me hace esbozar una pequeña sonrisa

-Entonces trataría de ser el chico más tierno y dulce, que te hará feliz y te demostrará por qué tienes que estar con él

Se queda en silencio por unos minutos en los que suspira varias veces. Siento que se acurruca más contra mí y...

-Entonces tendrás que ser el más tierno y dulce conmigo

Dejo un beso en su coronilla y la abrazo con más fuerza.
No seguí los pasos establecidos, pero el resultado fue mejor de lo que esperaba.

Apoya su barbilla en mi pecho y bajo mi cabeza dejando pequeños y repetidos besos por toda su cara, cosa que la hace reír.

-Gracias bonita, prometo que no te arrepentirás

Estoy a punto de dejar otro beso en sus mejillas cuando se escuchan pisadas apresuradas en nuestra dirección, y lo próximo que veo es a los Abreu y Bianca corriendo con un rostro de preocupación.

-¿Qué pasa? - pregunto

Bianca mira a Giana, Giana mira a Mark y este pasa la mirada entre Maia y yo.

-Necesito que estés calmada, por favor

-¿Qué es lo que pasa? - pregunta esta vez la chica de lindos ojos entre mis brazos

-Ally tuvo un accidente - suelta Giana de repente - está en el hospital

Y lo próximo que siento, es como la chica entre mis brazos va perdiendo fuerza y cae lentamente, haciendo que reaccione rápido y la sostenga.

Enamorarse no es un delitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora