CAPÍTULO 4: EL LEÓN SE SALE CON LA SUYA

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CAPÍTULO 4: EL LEÓN SE SALE CON LA SUYA

Un par de días más tarde, Harry decidió de nuevo acercarse al pocimista con una propuesta que le planteó hace unas semanas y ese día se sintió un poco más seguro de sí mismo cuando esa mañana Severus respondió sus buenos días con un gruñido, algo era algo.

Confiado, fue hasta el despacho del mayor siendo observado por algunos alumnos de Slytherin ya que no solían bajar muchos profesores hasta las mazmorras, y menos para ir de manera voluntaria al despacho de su jefe de casa. Tocó la puerta más que familiarizado por los múltiples castigos en los que había que tenido que ir allí y esta se abrió sola viendo Harry que estaba el estricto profesor corrigiendo en su mesa mientras que en un extremo estaba Charlie, el Gryffindor, limpiando varios calderos sucios.

El antiguo auror miró al alumno extrañado y solo susurró en respuesta un "castigado" que fue reprendido por la severa mirada de su profesor de pociones que dejó de lado la pluma con la que corregía y miró a su nuevo invitado con desagrado.

- ¿Qué quiere, Potter?

- Profesor Snape, venía por si había recapacitado por lo que le propuse – sonrió Harry. El más mayor frunció el ceño y volvió a su trabajo.

- Ya sabe la respuesta y dónde está la salida – le indicó.

- Pero, ¿no cree que sería interesante juntar al menos un día a la semana nuestras asignaturas o al menos coordinarlas? Sería muy interesante que mientras yo explico sobre los hombres lobo usted dé lecciones sobre la poción mata...-

- Le he dicho que no y punto, es solo una excusa más para que le haga su trabajo – dijo bastante serio, aunque en realidad Harry lo hacía para acercarse más a aquel hombre y conseguir que tuviera una amistad, o que al menos se relacionara con alguien.

- ¿Existen los hombres lobo? – preguntó sorprendido el joven mago que se giró de manera brusca con un simple movimiento de un hechizo de Severus.

- Piénselo, hay otros colegios que lo hacen y es muy práctico, al fin y al cabo, su asignatura y la mía se solapan para los que quieren hacer los TIMOS o EXTASIS de cara a trabajar como aurores y...

- ¿No tiene exámenes finales que corregir? ¿O se ha ahorrado el tiempo y se ha inventado las notas? – cambió de tema.

- ¿Ya tiene mi nota, profesor Potter? – habló de nuevo el alumno

- Silencius – dijo con un gesto de su mano Severus haciendo que al instante la boca del alumno desapareciera y lo volvió a girar con solo un gesto de su mano. Harry se quedó por un momento impresionado por esa habilidad de hacer hechizos de ese estilo sin necesidad de varita, aunque ya sabía de las habilidades de su exprofesor – Deje de parlotear y siga con su castigo, señor Miler – ordenó – Y usted, Potter – lo miró amenazante, como si lo que le había hecho al niño era solo una muestra de lo que le haría si seguía ahí - Márchese.

- Como usted quiera, profesor Snape – sonrió de lado, como cuando un Slytherin planeaba algo y después se acercó un momento hacia el profesor mientras lo miraba a los ojos – Me iré a otra parte con mis pensamientos – fue una clara invitación para que le leyera la mente el oclumante que no tuvo problemas en acceder – *¿Sabe que ya no puede hechizar a los alumnos a menos que sea para el beneficio de este? Es una norma nueva que pusieron en el Ministerio este año, sería una pena que se lo tuviera que contar a la DIRECTORA McGonagall*

Severus apretó los puños con tanta fuerza que se clavó las uñas, en ese momento quería lanzarle un crucio hasta matarlo. Si ya de por sí odiaba al joven profesor, ahora le odiaba más por chantajearle de esa manera y por esa mirada tan chulesca que le recordó por un momento a su padre cuando se metía con él.

Cursed (Snarry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora