Asalto bajo el velo nocturno

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I

Empezó cómo un beso sobre los labios. Peter, al principio, se mantuvo reacio a corresponder las atenciones carnales de la salvaje líder de Silver Sable. Y no fue que ella se portaba cómo un animal salvaje buscando algo para cazar, ni tampoco que su cuerpo tuvieras las primeras reacciones ante tanta cercanía corporal.

Fue un sentimiento de indiferencia.
Peter, en sus propias palabras, era el juguete de Dios. Bueno, tal vez el término "juguete" era demasiado gentil. Peter era el saco de boxeo personal del creador de todo. Suponía que las cosas que no les provocaba a asesinos psicópatas o abusadores sexuales, quizá porque no tenía los huevos para hacerlo desde su trono celestial, venía y se las echaba encima tal cual carreta a espaldas de una mula. Y en ocasiones Peter no lograba dilucidar si él era la carreta o la mula.

Asi que dentro de si, muy, muy adentro, llegó a la pequeña pero importante conclusión de que las cosas iban a pasar por mucho que intentase evitarlo. Dios, el pocoshuevos demasiado tiquismiquis para dejar que le pasaran cosas malas a la gente mala, hallaría la manera de hacer que el Punto A (la mierda culera) llegase al Punto B (su propio pellejo). A todos nos pasan cosas culeras, pero a Peter le pasaban multiplicadas a la N potencia. Era inevitable. Por lo tanto, y llegando a esa conclusión desde sus adentros más profundos, Peter optó por dejarse llevar. Esa sería su forma de ponerle el dedo medio en la cara a Dios.

La mano de Peter se aferró con fuerza a la parte posterior de la cabeza de Sable. Con solo un tirón separó sus rostros, aunque no por mucho. Tuvieron un breve intercambio de miradas antes de que los labios de Peter se estamparan sobre los de Sable. Ella, gustosa, correspondió a estos alcanzando la misma intensidad. Se tornó en un beso rudo y apasionado en el cual las lenguas no tardaron en enrollarse buscando la supremacía. Y sorprendentemente, Peter la obtuvo.

—Mmmmgh~ —gimió Saber al sentir su boca invadida de esa forma.

Ninguno se percato del instante en que se habían sentado sobre la única silla de la que disponía el departamento de Peter. Saber se le sentó en la cadera a Peter y las manos del mismo le sujetaron el trasero con fuerza. Peter debía admitir que para ser tan fría y ruda todo el tiempo, tenía una retaguardia bastante suave. Otro gemido se ahogó en su boca cuando la mujer sintió esas manos.

Pero era apenas el principio.

*****

Unas grietas se formaron sobre el muro cuando la espalda desnuda de Saber chocó violentamente contra ella. Daba ligeros saltos hacia arriba con mucha fuerza, y demasiado seguido. Peter apretó más sus nalgas y aumentó la fuerza con la que embestía a la mujer. Cada estocada tenía la particularidad de provocar un sonido hueco muy fuerte, pues eran golpes directos a la pared. Como si usasen los puños. Sin embargo, Peter estaba quitado de la pena. Realmente le daba igual si alguien oía y venía a quejarse. Ahora mismo solo quería copular violentamente.

Y si alguien intentaba interrumpirlo en su cometido, también se lo iba a coger.

*****

Saber tenía la fuerza suficiente para cuartear algo si aplicaba la suficiente presión. Lo demostraba haciendo salir más grietas en la pared al presionar sus dedo sobre esta con cada penetración que recibía de Peter a sus espaldas. El arácnido la puso contra la pared antes de inmediatamente comenzar a darle embestida tras embestida rápidamente. A veces pegaba la cara entre sus manos sujetas a la pared de tan intenso que recibía el placer. Y por si fuera poco, no era para nada gentil al azotarle el trasero con la mano. De verdad parecía un animal.

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⏰ Última actualización: Jun 07, 2022 ⏰

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