Capitulo 6

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CAPITULO 6

Aria.

Ale llego a mi casa media hora después, se despidió de su chofer y nos pusimos en plan hacia la sala para ver películas.

- Tenemos, románticas, comedia, terror, y acción, ¿Cuál quieres? - pregunte.

- Suframos un poco, romántica.

- Esta bien, voy a ver qué hay de picar en la cocina, ve colocando la película.

Me pare y dirigí mi cuerpo hacia la cocina, busque en las encimeras, cajones y demás, pero no había nada.

Seguro Cristian se lo había acabado cuando venía con sus amigos a jugar a la Play. Niños.

- Malas noticias. – dije, mientras me dirigía de nuevo a la sala. – el troglodita de mi hermano se ha acabado los dulces, tenemos que ir a comprar.

- ¿Si te das cuentas que estamos un poco lejos de una tienda?

- No importa, podemos ir a pie, además, por aquí no roban. – le estire la mano para que pudiese tomarla y pararse.

- Bien, pero prométeme que le tiraras un golpe a tu hermano de mi parte.

Sospechoso.

- Bien, y si no, una patada que me deje sin sobrinos.

- Oh, le estarías haciendo un bien a la sociedad. – ríe.

Salimos de casa y nos encaminamos hacia la tienda, no demoramos mucho en llegar, al menos no tanto como creímos en un inicio.

- ¿Qué llevamos? ¿Bebidas, palomitas, nachos?

- Si – ojeo la cola que hay para pagar en la tienda. – apurémonos hay una cola larga.

Ale y yo nos acercamos hacia la caja, y nos ponemos en la fila, detrás de un señor que parece algo mayor.

- Soy yo o esta empezando a hacer mas frio.

- No eres solo tú, está empezando a correr más viento fuerte.

- Y la cola avanza lento.

- Si, ojalá no...

- Mejor amiga. – el grito de una pequeña voz que reconozco, me hace voltear a observar un par de ojos verdes bonitos. – mejor amiga, ¿Qué haces aquí?

La pequeña Valeria me sonríe. Pensé que no volvería a verla más.

- Hola linda. – cuando llega hasta donde estoy, me agacho a su altura y la abrazo fuerte.

- ¿Qué haces aquí? - vuelve a preguntar.

- Vine a comprar unas cosas con una amiga, ¿y tú? ¿estás sola?

- No, vine con mi hermano y mi primo Samuel. – la pequeña me señala a dos hombres que se encuentran viniendo hacia nuestra dirección.

Debería correr, debería dejar las cosas e irme. Pero no lo hago. Por alguna razón, no siento que corra peligro.

- Hola Aria. – me saluda Asher cuando me ve. – ¿Y tú eres...?

- Alexandra, un gusto. – Ale le extiende la mano a Asher, quien le corresponde.

- El gusto es mío, me llamo Asher, ella es Valeria, mi hermanita, y él...

- El futuro amor de tu vida, preciosa. – Al que ahora reconocía como Simón se lanzó hacia mi amiga sin ningún pudor. Alto ahí.

- Así que tú eres Simón, mira que bueno, ahora no estamos a obscuras y creo que podríamos hablar. – No le tenía miedo ahora, estábamos en un lugar público, y si se acercaba más de lo permitido, le tiraría una patada en las bolas.

- Anda, que mona, si quieres hablar de lo que creo que quieres hablar, te pido perdón por ello. – me sonrió.

- Tu perdón me lo paso por el cu...

- Cuello. – me interrumpió Asher, quien me hacia una señal con sus ojos que indicaba que Valeria estaba muy atenta a nuestra conversación.

- Aria, la fila ya está avanzando, paguemos esto y vayamos, enserio me voy a congelar de frio.

Solté un bufido y empezamos a avanzar, solo faltaban unas tres personas.

- Mejor amiga, ¿Vas a hacer una pijamada? Yo quiero ir. – empezó a decir alegre Vale.

- Oh no pequeña, estas son solo unas cosas que estoy llevando a casa.

Valeria agacho su pequeña cabecita y estiro su labio inferior. Genial, una niña con puchero, lo que me faltaba.

- No me quieres llevar, es eso. – solto.

Nunca antes alguien me había tratado de manipular, y cuando vi que sus ojitos se hacían agüita, no pude más.

- Claro que quiero llevarte pequeñaja, pero no creo que a tu hermano le haga mucha gracia que te vengas conmigo solita.

A penas termine de soltar eso, ella se limpió los ojos y sonrió.

- Pero eso no es problema, ¿verdad que si me dejas Ash?

- No Valeria, no te iras sola con una extraña, no sabemos si te puede pasar algo.

- Ves Vale, lo mejor será que no vayas.

La niña parecía empezar a darse por vencida, pero como siempre, con ella no se sabía nunca.

- Asher y mi primo Samuel me pueden acompañar, ¿No hay ningún problema Aria?

No recordaba ser así te insistente cuando yo era niña, tenía las esperanzas de que Asher le diga a su hermana que no, así que...

- Por supuesto que pueden venir, pero tu hermano el ladrón – no seas idiota, que esta su hermana pequeña. – digo, el gruñón, no creo que quiera venir a ver películas románticas con nosotras.

Asher iba a empezar a replicar, cuando sentí un tirón de mi brazo.

- Hora de pagar. – me aviso Ale.

Nos acercamos a caja y pagamos todo, estábamos poniéndonos en marcha hacia la salida, cuando Valeria, otra vez, se acercó a nosotras.

- Espera para irnos juntos, Asher acepto. – me sonrió.

Me tienes que estar jodiendo, como esto no fuera una broma, ni loca llevaba a este par de personas que no sabía a qué actividades ilícitas se dedicaban a mi casa.

Me acerque a Asher y a Samuel, quienes estaban saliendo de la tienda, dejando a Valeria con Ale.

- Fiera a la vista. – oí decir a Samuel.

- Oh querido, no te imaginas que tan fiera puedo llegar a ser cuando me molesto. – espete. - ¿Cómo es eso de que aceptaron acompañarnos? Valeria es pequeña, lo entiendo, pero ustedes son suficientemente mayores para decirle que no.

- Así como lo eres tú para también decirle que no, ah espera, no le dijiste eso, me dijiste ''ladrón'' - se defendió Asher.

- ¿Y es que eso no es lo que eres? Oh, perdón, lo que son. Los dos. Ambos.

- Mira princesita, no me van las personas hipócritas, superficiales, ya te expliqué lo sucedido, y ambos te pedimos perdón, puede tu cabecita- hueca entender las palabras DIS- CUL – PA. – A medida que iba diciendo lo último, empezó a acercarse más a mí. Tanto que podía levantar mi rodilla y pegarle en los hijos, como también podía besarlo. Besarlo y morder su labio fuerte para que aprenda que yo no soy ninguna princesita.

- Aria, me va a dar hipotermia, ¿vendrán o no? – el llamado de Ale quito esos pensamientos de mi cabeza.

- Los voy a estar vigilando, cuidado.

- Samuel no ira, tiene cosas más importantes que hacer.

- Como quieran – me voltee regresando a donde estaba mi amiga. – VENDRAN – grite.  

Catorce de FebreroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora