Soy una diamante, significa que debo ser una líder, una conquistadora, dar el ejemplo a las demás gemas bla bla bla, eso es aburrido. Muchas veces pienso que las cosas no tienen por que ser así, mis hermanas creen que todo debe permanecer igual para...
No pondré aclaraciones está vez por que quiero que la historia se explique con el paso de los capítulos y por último solo diré que una parte de mi cerebro dijo que hacer una historia como está era una muy buena idea.
La tierra, un planeta que alberga varias forma de vida con cualidades sorprendentes, todas siendo muy diferentes y a la vez tan parecidas. La especie dominante del planeta azul son los humanos, quienes han demostrado tener una inteligencia avanzada pero su cuerpo es considerablemente frágil en comparación a las otras especias aunque en estos últimos cientos años desarrollaron habilidades especiales pero suficiente de hablar de ellos, ahora centraremos nuestra atención en lo que realmente importa, su satélite natural. La luna, no hay mucho que decir sobre ella con excepción de que es extremadamente importante para los terrícolas, lo que nadie sabe es que en su lado oculto se encuentra una estructura similar a una torre pero mas avanzada tecnológicamente y hecha por seres desconocidos.
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En la cima del interior de dicha torre, se avistaba un trono relativamente grande frente a una mesa de control también muy avanzada en tecnología, de igual forma se encontraban dos figuras con fisiología humanoide. La primera que estaba sentada en el trono era una mujer que medía mas de 2 metros y medio, tenía una tersa piel rosa, un cabello esponjado del mismo color aunque mas claro como algodón de azúcar, las iris de sus ojos eran rosas y sus pupilas de color negro con forma de rombo, vestía un vestido corto igual rosa, cuatro pecas en cada de sus mejillas y por último pero no menos importante, un diamante rosa invertido en la parte baja de su abdomen. Parecía estar bastante aburrida por algo.
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La otra igualmente era una mujer, pero de una estatura mas baja, tenía la piel pálida, una nariz puntiaguda y pronunciada, llevaba un vestido como el de una bailarina con diferentes colores aunque mayormente de color rosa y lo mas destacable era una perla blanca que llevaba incrustada en su frente y manejaba unos hologramas muy complicados como para entenderlos.
-Diamante Rosa: {Que aburrido es esto} (recargada en la mesa)
-Perla: Los inyectores están listos para crear la guardería, mi diamante (dijo desactivando los hologramas pero Rosa no la escucho)
