—Tierra llamando a Avi, ¿me recibe?
—Avril está apagada o fuera de cobertura, inténtelo más tarde.
—Hoy estás muy rara.
—Estoy estresada. Hay mucho que hacer y tú no ayudas ¿sabes?
Jimmy se agarró el pecho con dramatismo mientras hacía una mueca de dolor.
—Un disparo dolía menos, que lo sepas.
—Que pena me das —rodé los ojos con burla mientras le daba los pedidos que demandaba.
—Venga, ahora en serio. ¿Todo bien? Andas distraída.
Aquella mañana todo era un caos. Estábamos en hora punta y no dábamos a basto solo nosotros dos. Y no era de gran ayuda que tuviera la mente en mis lecciones de hechicería. Comenzaba a sacarme de mis casillas el no lograr hacer ni un mísero portal. Empezaba a pensar que la magia no era lo mío.
—Claro, solo que el curso que estoy haciendo me tiene un poco agotada —disimulé mi mal estar y continué con las tareas que me quedaban por hacer en la cocina.
—Quién diría que a estas alturas te ibas a poner a estudiar —dijo mientras lo ayudaba a colocarse las bandejas en los brazos.
—Nunca está de más formarse un poco ¿no crees?
—Perdona, yo estoy licenciado en la carrera de la vida.
—Entonces yo tengo más de un doctorado —lo escuché reír a medida que se iba alejando de la sala.
Valoraba mucho poder dedicarme a algo que me llamaba la atención y me interesaba. Cuando llegó la época en la que debería haber iniciado mis estudios, por circunstancias de la vida e incidentes, no pude estudiar lo que quería. Así que la idea de aprender cosas nuevas me emocionaba mucho.
Cuando terminó mi turno recogí mis cosas, me despedí de mi compañero y puse rumbo al santuario. Tan solo entrar me dirigí a la cocina para prepararme algo de comer. Había llegado un poco más tarde que de costumbre y estaba hambrienta.
Para mi sorpresa, alguien había dejado en la encimera un plato con pasta y salsa de tomate. Lo agarré con ambas manos y pude notar que no estaba muy frío, hacía poco que lo habían dejado allí. Me encogí de hombros, aún un poco extrañada y me dispuse a comer.
Al acabar, lo limpié todo y me apresuré en cambiarme de ropa. Esa misma tarde tenía clase y debía darme prisa. Cuando estuve lista fui directa a la sala de meditación. Supuse que ya debería estar allí.
—Llegas tarde.
Stephen estaba sentado en el suelo realizando su meditación diaria. Abrió los ojos y me miró acusadoramente.
—Ahórrate el sermón y empecemos —me senté en frente de él mientras acomodaba mi túnica. Aún me costaba habituarme a aquella vestimenta, aunque he de decir que era muy cómoda.
—Pareces ansiosa.
—Llevo semanas intentando hacer el maldito portal y aún no lo he conseguido.
—Si dejas de lloriquear y lo intentas puede que consigas hacer algo —lo miré con mala cara. —Venga, concéntrate.
Bufé por lo bajo, cerré los ojos y empecé mi meditación. Al principio nunca lograba mantener la mente en blanco, me era difícil no pensar en nada. Y con lo cansaba que estaba, tenía la impresión de que iba a cabecear.
Cuando terminé comencé con los intentos. Uno tras otro. Fracaso tras fracaso.
El doctor seguía en la sala pero se mantenía al margen, observando la escena desde una esquina. Al rato dejó de inclinarse en la pared y se alejó.
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𝐓𝐡𝐞 𝐌𝐚𝐠𝐢𝐜 𝐈𝐧 𝐘𝐨𝐮 || 𝐃𝐫. 𝐒𝐭𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞 𝐱 𝐎𝐜 ||
Romance"Si me dieran a elegir entre cambiar el pasado o quedarme con este presente, elegiría la segunda opción. Porque prefiero vivir mil veces todo lo que pasé para llegar hasta aquí, que vivir un presente en el que no estés aquí. Conmigo."