17.

621 82 50
                                    

Capítulo 17.

HEATHER.

Arlene abandona la habitación del hospital tras decirle que sí, que sí quiero verlo a pesar de que él ahora sabe mucho más de mí.
Debo admitir que me asusta mucho su reacción, quizás venga solo a despedirse, a decirme que no puede continuar con lo que sea que estaba naciendo entre nosotros por ser una drogadicta que ve alucinaciones. A veces, es mejor ver los peores escenarios, así la desilusión no duele tanto. De todas maneras, merezco su desprecio y todos sus reproches. Oculté información, él siempre ha sido sincero conmigo, pero yo oculté una parte de mi vida y no sé si él podrá lidiar con eso.

Durante unos pocos segundos cierro los ojos y suspiro constantemente. Mi cuerpo está agotado, me duelen los brazos, me duelen las piernas y mi mente todavía se siente un poco confundida. Aún hay lagunas en mi cabeza, vagos recuerdos de lo que sucedió y como terminé aquí.
Sé que todo comenzó a ir mal cuando me encontraba en el baño. Pero no recuerdo como terminé aquí, no recuerdo en qué momento una ambulancia o mis padres me trasladaron al hospital y no sé cómo habrán limpiado mi cuerpo de las drogas que consumí.
Cuando vuelvo abrir los ojos, una enfermera entra en la habitación para tomar mis signos vitales. Me saluda y me sonríe, pero guardo silencio porque no me apetece hablar.

-Es un placer que estés aquí con nosotros, Heather —Ella observa el monitor y luego escribe en una libreta el resultado —Todo está perfectamente. Ahora te dejaré, ya que un joven buen mozo está impaciente allí afuera por entrar.

Mi ritmo cardíaco aumenta y lamentablemente las máquinas me delatan. La enfermera observa este repentino cambio y tras mirarme, sonríe con complicidad. Si no fuera porque ha sido amable, pondría los ojos en blanco, totalmente exclusivos para ella por burlarse de mi reacción. Al marcharse, deja la puerta entreabierta.

-Heather continúa muy débil todavía, hay que intentar no alterarla —Le dice a él —Por algún motivo se ha negado a hablar. Sus cuerdas vocales están perfectamente, solo pensamos que está de mal humor, pero aún así no hay que precionarla.

-Está bien —Responde él y luego escucho la voz de mamá, pero no logro entender sus palabras.

Cuando la puerta se abre completamente segundos después, encuentro a un tímido Niall ingresando cuidadosamente en la habitación. Sus ojos viajan primero a las máquinas a las cuáles continuó conectada y luego él me observa a mí.
Mi cuerpo experimenta una sensación de adrenalina y euforia, sin duda mi corazón se alegra de verlo y las máquinas lo confirman.

-Hola, Heather —Su voz es suave cuando se acerca. Alcanzando la silla que está a un costado de mi cama, se sienta a mí lado —Te ves muy pálida. Demasiado pálida, pero bonita —Añade y toma mi débil mano —Pálida y fría como tu vampiro favorito.

Su comentario me saca una pequeña sonrisa. Intento sostener la suya, pero mis dedos no responder como quisiera. Él nota la barra de chocolate que Arlene a dejado para mí y enarca una ceja.

-Así que tienes un poco de contrabando. Eres una chica mala —Continúa y luego me observa —Es raro hablar solo, dime algo —Me pide —De lo contrario, creeré que te has quedado muda —Muevo la cabeza, negando —Oh, te haré cosquillas entonces... —Él guía su mano por encima de las sábanas y mi cuerpo se contrae en respuesta, haciéndolo reír —Tus padres están allá afuera, no te preocupes, no voy a tocarte en tu débil estado.

-Vale —Susurro y él sonríe mucho.

-Así que solo estás de mal humor —Afirma y asiento —Yo también he estado de mal humor.

Oh no.

-¿Estás... enfadado... conmigo? —Pregunto.

-No, no es contigo —Sonríe nuevamente —Te he echado de menos —Añade observado la vía intravenosa que esta conectada a mi mano derecha —Y me alegra mucho que estés aquí, con nosotros.

OBSERVA LAS MARIPOSAS - BY NATH 🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora