Se acercaba aquél delicado momento. Todo lo que Misha se había imaginado durante semanas, desde que le dieron la noticia, estaba a punto de hacerse realidad. Castiel, el personaje que interpreta en la famosa serie de televisión Supernatural, iba a vivir un romance con otro ángel.
El set estaba preparado, más que preparado, era una obra de arte. Parecía que habían puesto todo a consciencia, como si de un gran evento se tratase, lleno de lujosas estatuas bañadas en oro y cuadros imposibles de entender cuyo valor debería ser incalculable. Las paredes estaban forradas con dibujos de coles rizadas y patatas, haciendo que el color de la patata se mezclase con el de la gabardina de Cas. En una de las esquinas, había un retrato de William Shatner con un tutú puesto. Por supuesto, todo esto únicamente era la suposición que Misha había hecho horas antes, totalmente errónea.
Donde realmente se grabaría la escena era una antediluviana habitación de motel. Misha nunca llegó a comprender por qué los guionistas de la serie tenían tal fijación por los moteles. Allí se encontraba él, con la gabardina que tantas horas ha llevado puesta y la corbata algo torcida. Esperó unos minutos tras la marca roja que había en el suelo la cual señalaba el lugar donde debía situarse durante gran parte de la escena. Mientras esperaba, Jared no paraba de burlarse de él por la pinta tan desaliñada que llevaba, aunque fuese justificada, ya que Castiel estaba en esa habitación de motel para así poder escapar de la guerra que había en el cielo.
— ¡Perdón por llegar tarde! —Jensen corrió hasta la marca roja del suelo, tropezando con un cable por el camino casi provocando que cayera— ¿Misha? —levantó la ceja, incrédulo.
— ¿Jensen? —preguntó Misha, intentando reprimir la risa que esa situación le causaba.
—Director, me dijeron que iba a ser una escena con una tal "Leitsacya", una chica morena con ojos azules, una mujer potente —marcó con las manos la forma curva de las caderas que había imaginado.
De lo que Jensen no se había dado cuenta era que Leitsacya no era más que "Ay Castiel" escrito del revés. Dean había sido poseído por un ángel femenino, llamada Lea. Así que en el guion que le habían dado a Misha diciendo que Castiel tendría una aventura con un ángel, no habían mentido, únicamente se habían saltado un par de detalles.
Comenzaron a rodar, ante la imposibilidad de renegociar, ya que estaban grabando fuera de orden y si cambiaban esa escena tendrían que volver a grabar partes que derivan de esa escena. Jensen hiló, ahora comprendía por que Dean había sido tan amable con Castiel últimamente.
—Lea, qué haces en el cuerpo de Dean, no te permitiré estar dentro de él ni un segundo más —Castiel sacó la espada angelical, dejándola como amenaza en la manga de la gabardina.
Misha odiaba tener que poner esa voz tan grave y ronca, no podía evitar tragar algo de saliva tras decir cualquier frase, las molestias que le causaba en las cuerdas vocales podía llegar a ser insoportable si el rodaje se extendía demasiado.
—No tienes que preocuparte por Dean, está en buenas manos —Lea, en el cuerpo de Dean, se acercó a Castiel con las manos en el aire intentando hacerle ver que iba en son de paz.
— ¿En buenas manos? ¿Qué motivos te llevan a estar en el cuerpo de Dean, además, cómo has conseguido entrar sin su consentimiento? —empuñó la espada angelical, disponiéndose a clavársela para así liberar a Dean.
— ¡Espera! Si lo haces, él también morirá. ¿De veras quieres que tu amado Winchester termine así sus días? —se quitó la chaqueta, dejándola sobre la cama empolvada y acercándose hasta estar frente a Castiel.
—Pero... ¿qué pretendes? —inclinó la cabeza hacia la derecha y frunció el ceño.
—Castiel, Castiel... el ángel que lo dejó todo por un mísero humano, un Winchester —agarró a Castiel por la nuca, arrimando la frente del que supuestamente era Dean contra la suya—. Me pregunto por qué es para ti tan importante la vida de este hombre. ¿Qué tal si me dejas comprobar hasta dónde llega lo que sientes por él?
Lea, es decir Dean, todavía mejor dicho; Jensen, besó a Misha.
Misha nunca antes había besado a Jensen, incluso evitaban estar juntos en algunas ocasiones por culpa de los inciertos rumores que se esparcían cada vez que se arrimaban mínimamente. La sensación le pareció increíble, los labios de Jensen eran realmente tiernos, acogedores; fáciles de besar. Jensen por otra parte, puso cara de disgusto en cuanto anunciaron el final de la escena, apartándose de Misha y jurando que nunca volvería a hacer una escena como esa.
Pasadas unas horas tras esa escena, Misha no podía parar de pensar en Jensen. Lo que había experimentado, esa tremenda sensación de felicidad que sintió durante unos segundos. Quería volver a sentirlo, no podía seguir dando vueltas en la caravana y desperdiciando las horas pensando en él. Desplegó las cortinas blancas de la caravana, recogió el par de vasos de plástico que había utilizado para beber Espresso y salió en dirección a la caravana de Jensen.
Una vez frente a ella, llamó varias veces. Espero que no se haya dormido, pensó. A Jensen le gustaba echar alguna que otra siesta entre rodajes, ya que las esperas podían ser realmente extensas. No fue así, Jensen abrió en cuanto escuchó la voz de Misha gritar su nombre y aporrear la puerta.
Se sentaron en unas sillas que había frente a una mesita de la caravana, donde había una cerveza abierta sin terminar.
—Verás Jensen, ya sé que esto va a parecerte una locura —Misha comenzó a jugar con la lata de cerveza, derramando unas gotas sobre la mesita sin querer—. Pero lo que antes ha sucedido...
—No Mish, ya lo sé, no lo digas. Ha sido asqueroso, voy a hacer lo imposible para que no vuelvan a jugárnosla así—. Jensen golpeó el hombro de Misha, quitándole la lata con la otra mano para tomar un trago.
Misha no tenía ni idea de que decir. ¿Estaría Jensen haciéndose el duro como de costumbre? O simplemente era lo que realmente pensaba. Creía haber notado cierta conexión en aquél beso, una sensación que no podía haber sentido si no fuese por el consentimiento de ambas partes. Debía intentarlo, además estaban a solas, era el momento preciso.
—Perdóname por lo que voy a hacer, pero prefiero intentarlo a quedarme con la duda —dijo Misha.
Se acercó hasta besarle intensamente. Aún podía saborear levemente la cerveza que había alrededor de los labios de Jensen. Éste no se apartó, se dejó llevar e incluso puso más ganas que Misha en aquel eterno beso.
—Mish... no deberíamos —se le escapó una sonrisa, no pudo evitarlo.
—Sí debemos, nunca dejes que te influya lo que puedan pensar los demás —pasó la lengua por sus labios, saboreando los restos de cerveza que los labios de Jensen le habían dejado.
—No es que me importe lo que digan, todo lo contrario. Pero imagínate el escándalo que se formará si la prensa llegase a enterarse —dijo Jensen, preocupado.
—Quizás tengas algo de razón en eso, no quiero que se pasen el día haciendo conjeturas sobre nuestra vida privada —dirigió la mirada hacia abajo a la izquierda, pensando lo que sucedería si saliese a la luz—. Está bien, será nuestro pequeño secreto —Jensen suspiró al escuchar que estaba de acuerdo con él—. Pero... vivirlo en secreto, no es exactamente lo que a mí me gustaría, la verdad —suspiró.
Jensen le agarró de las mejillas y pasó los pulgares por las arrugas que se le forman a Misha bajo los ojos cuando fija la mirada en alguien.
—No veo otra forma de hacerlo, Mish. Algún día podremos decírselo a todo el mundo, pero mientras estemos en el mismo trabajo, en la misma familia, pudiendo escapar a la caravana del otro cuando queramos, no lo veo necesario.
— ¡Qué sí! Lo capto, solo nos magrearemos cuando te apetezca y a escondidas, genial —dijo Misha.
Misha se levantó con intención de abandonar la caravana, pero Jensen se puso en pie, agarrándole por el cinturón y atrayéndole hacia él hasta colisionar. Quedando así Misha entre sus brazos, dándole la espalda a Jensen. Jensen desbotonó la camisa de Misha cuidadosamente, sintiendo como Misha rozaba su mejilla contra la suya mientras le acariciaba el otro lado de la cara con el reverso de la mano.
— ¿Preparado para la primera sesión? —susurró Jensen.
No eran conscientes de la montaña rusa emocional que supondría mantener tal cosa en secreto. Deberían mantener oculta la pasión que sienten el uno por el otro, pero por otra parte, debían dar rienda suelta a ésta en las escena que compartiesen Dean (Lea) y Castiel. Fingiendo así que no sentían nada el uno por el otro fuera de cámaras y dejándose llevar en cuanto comenzaban a rodar.
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Ángeles, cámara, fricción [Destiel & Cockles]
FanficAU de los actores Misha Collins y Jensen Ackles. Misha y Jensen se varán obligados a actuar fuera de cámaras y vivir su realidad una vez están frente a ellas. ¿Conseguirán hacerlo sin levantar sospechas?