12 de octubre de 1954

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Al llegar del trabajo solo pensaba en una cosa y era en ese escurridizo niño travieso que se metía en mi patio. Esa tarde me senté en medio del césped a esperarlo, pero cuando mi mirada se fijó en su brillante calabaza este se esfumo con el aire como si fuera hecho de arena, aparentemente él no era un simple niño como yo creía. 

Querido FantasmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora