Líos de amor de una Malfoy [Harry Potter/Theodore Nott] TERMINADA

Sirius Nott Black en Hogwarts (1°parte)

¿Cómo podía explicarlo? No había lógica.

Había algo en mí que me llamaba a no seguir las reglas, a romperlas en toda su ley.

Sí, sabía que ponía mucho en juego, pero habían riesgos que estaba dispuesto a correr por un poco de diversión.

-¿Y se supone que esto explotará?

-Se supone -le respondí.

-¿Y cuándo?

-Mmm... ¿cinco minutos?

-Pff, eso es mucho tiempo, Sirius.

-¿Qué pretendes? ¿Que le eche un poco más de mezcla para arruinar todo el salón? Solo quiero darle un pequeño dolor de cabeza al profesor Longbottom.

-Pues... No lo sé -me miró con complicidad -¿Cuánto se demoraría un mago en limpiar una mesa de una sustancia ultra pegajosa?

-James...

-Solo digo que cinco minutos es mucho tiempo.

-Mi madre me lo advirtió -le recordé.

-Wow, y la mía también -me dijo con una falsa preocupación.

Me dio esa mirada desafiante, que yo no podía ignorar, tenía que tomarla y demostrar que nada me importaba. ¿Por qué? No tenía idea, estaba en mí.

-Eres un... una pésima influencia -le dije mientras derramaba la mezcla.

James soltó una risa y ambos salimos corriendo del salón de herbología antes de que explotara. Cuando cerré la puerta escuché el gran ruido. Fue más fuerte de lo que esperaba, así que se imaginarán cómo fue mi expresión de sorpresa.

-Mierda, Sirius... -murmuró James.

-No te arrepientas ahora, tú fuiste el de la idea -le dije rápidamente.

-Sí, pero...

Abrió la puerta y vio que toda la sala, literalmente cada espacio, estaba cubierta de una viscosidad verdosa. A James la cayó una gota de la mezcla en el zapato.

-¿Me pueden explicar lo que ocurre aquí?

Ambos nos giramos y miramos a la directora. No era primera vez que esto ocurría, es que en serio. ¿Esa señora no tenía nada más que hacer? Cada vez que intentábamos realizar una travesura, ella aparecía de la nada.

-Profesora McGonagall.... qué linda está hoy. ¿Sombrero nuevo?

-No intente halagarme, señor Nott-Black, y deme el paso.

No tenía opción. Tuve que salirme de en medio de la puerta para que la profesora McGonagall pudiera ver el desastre que habíamos hecho con James. Es que habíamos probado unos ingredientes nuevos de Sortilegios Weasley, que casualmente los mezclamos con algunos ingredientes que robamos de pociones, así que... Ni siquiera nosotros sabíamos lo que habíamos hecho.

-Supongo que reprenderlos en este momento no servirá de nada -dijo, soltando un suspiro -Lo he intentado en los últimos siete años, ya he aprendido mi lección.

-¿Entonces...? Eso significa que tendremos que limpiar el lugar y tan felices como siempre, ¿no? -preguntó James.

-Usted sabe lo que le espera, señor Potter.

Con esas últimas palabras se giró. Nosotros nos quedamos mirando.

-Bienvenido al último día de nuestras vidas, Sirius -dijo James y soltó un suspiro -fue un gusto conocerte.

-El placer fue mío -le respondí y le hice una estúpida reverencia.

Esperábamos un castigo a lo grande, más la limpieza de la sala, pero no esperábamos que llamaran a nuestros padres. Claro, nos dimos cuenta que lo que habíamos creado era mucho más poderoso, ya que minutos después el zapato de James se desintegró.