Diario amoroso de un ninfomano

Conociendo a Sofía

Era un 2 de abril cuando la miré bajando de un taxi, ella toda hermosa con su vestido pegado al cuerpo y su silueta mostrando una escultura sensacional. Mi mente la desnudó en ese instante pero mis pensamientos impidieron que pasaran a más.
Me acerqué a ella pregunté la hora la forma más fácil de iniciar una conversación, las 15 con 23 minutos me respondió, la invite a tomar un café y acepto, después de un tiempo de tomarnos más que solo café noto que miraba sus piernas largas y fuertes, me invitó acompañarle a su departamento aunque mi deseo era más profundo, al llegar a la entrada logramos ver el atardecer más tomatoso que haya existido; al subir escalón por escalón el movimiento de tus muslos provocaban mi erección cada vez más notable, entramos era una mujer muy ordenada aunque su habitación desprendía un Aura de ocultar algo y terminaría sabiéndolo muy pronto.
Continuando con el alcohol en la sangre no aguante las ganas de besarla y ella respondió positivamente cuando llegamos a su habitación  logre tomarla de las piernas hacer que las enrollé en mis caderas y llevándola contra la pared sentí sus pechos duros con sus pesones dilatados, cada beso hacía que sus gemidos sean más fuertes y si tal vez me olvide de preguntar su nombre pero la primera risa nerviosa nos nació soy Sofía desconocido, sonreí y dije soy ..., sin dudar más empecé a levantar su vestido hasta su abdomen tomando con firmeza su interior de encaje y llevándolo hasta los pies, dejando caer una gran cantidad de su humedad, la tome y la tumbe sobre la cama tire mi chaqueta a un sillón pequeño, solté la correa de mi pantalón y baje todo lo que cubre lo carnal, baje la otra parte de su vestido hasta su abdomen y con firmeza tome un pezon con la punta de mis dedos lo presioné estiré y solté para que reboten sobre su cuerpo, mi boca por otro lado mordía su labio y bajaba acariciando cada parte de su ser, sin importar tome su pezon y empecé a chuparlo rozando la punta de mi lengua contra la punta de su pezon, mis dedos rozando su clitoris acariciando en círculos mi mano se mojaba cada vez más, sin embargo mi cuerpo respondía deseoso de aquella mujer tan sensual que traía en mis manos, separando sus piernas con mi rodilla empecé a ponerme en el lugar más cómodo posible para introducir mi miembro dentro de ella y así fue en la primera penetración su cuerpo se estremeció ante la apertura de su alma, salí de ella e intente darle más fuerte a su parte carnal, susurre a su oído mi bella Sofía deseas que termine o que continúe haciéndote mía, su respuesta con súpitos me dijo "no pares" mi fuerza se incrementaba con cada gemido que emitía sus pulmones, el golpeteo de mi cuerpo contra el de ella eran como si las palmas aplaudiesen fuertemente, mientras penetraba su interior mi boca besaba con pasión sus pechos mis manos apretaban su trasero contra mi cadera para que la penetracion llegue más profundo, cuando empecé a tomar respiros largos ella se levantó y me tumbo sobre la cama ubicándose sobre mi empezó a moverse de arriba hacia abajo, de adelante hacia atrás con dureza levantaba mi cabeza y besaba sus pechos azotaba tu trasero con mis manos y los gemidos salían hasta que mi cuerpo no podía más y expulsó el semen que la llenó y se desparramó fuera de su cavidad vaginal, empezamos a respirar más fluido a besarnos el cuerpo y separamos, se recostó sobre mi pecho lo que quedaba de la noche sentía su zona V palpitando y chorreando mis fluidos y sus pechos cayendo sobre mi costado hasta verla descansar sin imaginar qué sería una rutina de deseo diario con mi querida Sofía.