Dancing with the Devil •Kookmin•

Puro pero Culpable.

Podría remediarlo todo si alguna vez salía de aquel sitio?

Estaba siendo carbonizado, mutilado, destripado una y otra vez.... sin parar

 ¿Su piel? Ya no estaba. Podía ver los pedazos de esta fluir por el sofocante aire, entre las penumbras, donde se encontraba, gracias a los fuertes relámpagos que partían su cráneo ante la intensidad de la repentina luz. Desnudo, amarrado, clavado a una....¿suelo? Algo que ardía, y aun mas cuando los cuervos volaban sobre si, picándolo, retorciéndose, y quemándose en el intento de huir.

De vez en cuando, todo se  volvía silencioso, oscuro, y la primera vez que sucedió, creyó que debió morir. En cambio, era otra de las millones de torturas, vio su infancia, su adolescencia, su boda, situaciones con sus hijos....pesadillas.

Inevitables de ver al ser incapaz de parpadear, y dejándole traumas permanentes. 

Estaba seguro que pasaron mas de setenta años. ¿Ya todos estarían muertos?, ¿verdad? ¿Habrían esperado por el? ¿Se dieron cuenta de su ausencia? Si así fue, ¿Hicieron algo al respecto?

¿Regresaría en algún momento? Si lo lograse...¿regresaría completo?

Por que su alma fue sumergida en La Fosa: aquel mar de lava, calcinada una, y otra vez. No había perdón, ni tampoco permiso de perdonarse a si mismo.

Solo tortura, hasta que aprendiese. Eso le dijeron, y aun continuaba allí.

¿Seria lo suficientemente fuerte para resistirlo? 

*

Dos semanas después, Jimin continuaba siendo incapaz de creer lo ocurrido, observando con admiración el preciosos, cálido anillo de oro aferrado a su dedo anular.

Jungkook y él eran esposos.

Todos aquellos días fueron, aunque suene extraño, estables. Nara, quien notaba cada pequeño detalle en sus dos hijos, le pregunto al rubio quien le obsequio tal joya, por lo cual tuvo que mentir, comentando que solo era un anillo que compro en una tienda. Que fue luego de clases, porque Taehyung necesitaba algo de allí. Por  algún desconocido motivo, luego de su mentira, oyó a su hermana reír con sequedad, por lo cual se volteo, y mantuvo su mirada fija sobre Suni, intentando descifrar si la joven sabría algo.

¿Cómo podía? Cuando Jungkook le propuso compromiso, estaba en un parque, a la vista de cualquiera, pero la plaza central estuvo desierta. Además, en aquellos momentos, Suni debía estar en clases, y su establecimiento no estaba ni cerca de donde Jimin y Jungkook se comprometieron. ¡Es mas! Era mucho mas probable encontrarse a a su madre que a su hermana.

Tenia que dejar de ser tan paranoico...pero no lo logro.

Cada vez que conversaba con alguien, sentía que aquella persona sabia sobre Jungkook. No temía de si mismo, sino por el Diablo quien, a pesar de haberle confesado que no habría problema alguno, ya que su viaje al inferno no era la gran cosa, Jimin prefería que las cosas se mantuviera como en aquel momento, sin sufrir un evento inesperado que pudiese atraer un problema.

El arcángel tuvo que explicarle a su niño favorito como era el inferno. No pudo evitar preguntarlo, porque era un joven muy curioso, e incluso sabiendo que Jungkook tenia poca paciencia, disimulo, fingiendo que no lo notaba.

-----"Claramente No es la típica imagen del fuego, velas rojas y un trono donde todos se inclinan ante mi. No es una casa, tampoco es un lugar en si.---Comenzó con su mirada fija en el muslo del mundano, y en cómo su propia mano, repleta del anillos de oro acariciaba aquella suave, pálida piel.---Hay muchas maneras de pasar la eternidad en el infierno, y todas son obligatorias.