12. Ni que fuera Voldemort

36 6 1
                                    

No sé que debo decir, esta...esta es mi primera vez y fue idea de mis papás.

No era el comienzo de terapia que Aidan se había imaginado, esperaba que le dieran un manual un guion o algo, lo que fuera que le hiciera saber qué debía decir o hacer, estaba perdido y sumamente inquieto, quería que le cosieran los labios para no tener que hablar nunca más de ese tema, si no hablaba de eso podría olvidarlo, aunque no sabía si realmente quería olvidarlo. Entendía que la intención de sus padres era protegerlo, ¿pero todo eso era necesario? Aidan tuvo que forzarse a si mismo a recordar que sí, sí era algo necesario, necesitaba ir a terapia, saber lidiar con el trauma y finalmente comenzar a sanar, sobre todo tenía la necesidad de comprender que su abusador, aquél hermano mayor que nunca tuvo, aquella persona que tantas alegrías y dichas la provocó, ese hombre, ese muchacho que tanto amo era su abusador.

Sí, estaban buscando a un psiquiatra y yo me ofrecí como voluntario.

<<¿Te ofreciste o mis padres te rogaron de rodillas que me aceptarás porque los terapeutas por lo general son muy caros o fue gracias a que el terapeuta gratuito del gobierno rompió un acuerdo de confidencialidad doctor/paciente y le reveló al amarillista noticiero local toda mi información para hacerme quedar con una pequeña prostituta calenturienta que de alguna manera es culpable de su propia violación, y por consecuencia de la muerte de todos en el atentado?>> se preguntó Aidan, pero su voz se rehusó a salir, una vez habló con confianza y ese terapeuta reveló sus secretos más íntimos a la humanidad, solo para hacer quedar bien a su abusador, a veces Aidan olvidaba que Günther era el hijo de un embajador, era obvio que el mundo entero se pondría de su lado, sobre todo teniendo a una figura política tan importante como Wallace Vodja como su padre. Sabía que el doctor Stilinski era incapaz de hacer algo así, era su tío, amigo de su madre desde que ambos eran espermatozoides, pero Günther también era de confianza, su hermano mayor político y mejor amigo de toda la vida, y eso no lo detuvo de violarlo.

¿Cómo se siente?— pese a sus esfuerzos las palabras imprudentes fueron incontrolables, temío herir los sentimientos del hombre sentado en el sofá individual frente a él —. Digo...¿Cómo puede estar trabajando cuando su hijo...?

¿"Acaba de morir"? — el doctor Stilinski le dedicó una sonrisa a Aidan para luego mirar por la ventana, se levantó con elegancia y de su escritorio tomó unos cuantos dulces de un tazón al lado de la lámpara, uno lo abrió él mismo y el otro se lo dio a Aidan, quien lo aceptó confundido pero no se lo comió —. Es raro, es mi hijo pero desde que me divorcie de su madre prácticamente nunca pude verlo, si mal no recuerdo la última vez que pude tenerlo antes de que mi ex me demandará para que renunciara a mis derechos paternales y que su nuevo esposo pudiera adoptarlo tenía 3 meses. A decir verdad siempre estaba trabajando, nunca estuve para él y hasta cierto punto no puedes extrañar algo que nunca tuviste — el doctor Stilinski era diferente, los otros parientes de las víctimas del tiroteo lo odiaban, mandaban a sus familiares a acosarlo, publicaban cosas ofensivas en las redes sociales, incluso en la escuela sus compañeros y "amigos" comenzaron a insultarlo, ¿por qué? ¿Por qué él no podía ser una víctima como los demás? Si tenían que culpar a alguien para poder sobrellevar el duelo, ¿por qué tenía que ser él? ¿Por qué no culpaban a Günther? Decían que era su culpa, por su "rostro de niña", decían que él y su familia deberían haber sabido que Günther era peligroso, y era su deber mantenerlo tranquilo. Todo era tan injusto —, supongo que extraño al hijo que imagine, no al que tuve, suena mal, ¿verdad? — era una broma, Aidan constantemente estaba rodeado por personas que buscaban hacerlo reír, incluso si era la broma más tonta del mundo el chico tenía la obligación de reír, no quería hacer sentir mal a nadie, pero los labios del adolescente se negaron a cooperar y con horror Aidan entendió que había perdido su sonrisa, era incapaz de sonreír. Se negó a mirar al doctor Stilinski a la cara, supuso que tenía una expresión de disgusto o de sorpresa ante tan singular mueca, pero el hombre no permitió que el silencio se prolongará más de lo necesario —. Soy yo quien debería hacer las preguntas, pero si te sirve de consuelo todos afrontamos de distintas formas el duelo.

Era De Noche (Novela Cristiana)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora