I belong you // Tom holland

Capitulo 7

Grace

Atravieso el campus lo mas rápido que puedo y llego a la casa, toco la puerta y rápidamente Zack la abre.

— Zack, estás bien? -le pregunto y lo abrazo.

— Si Gigi, tranquila.

Lo suelto y veo cuadros en el suelo, vidrios rotos y jarrones destrozados, que paso aquí? Camino a la cocina y veo a Ned limpiando mientras Harrison y Sam están cruzados de brazos.

— Grace, que bueno que llegaste -dice Ned aliviado.

— Que pasó aquí? -pregunto confundida.

— Ella debería limpiar, en parte es su culpa -dice Harrison y frunzo el ceño.

— De que hablas?

— Bueno, todo empezó con Tom enojado después de hablar con su padre por teléfono, primero maldijo a su padre y luego... -Ned se queda callado — Te mencionó.

¿Qué?

— Qué? -dije lo mismo que pensé.

— Actúa así cuando esta frustrado o enojado, y algo borracho también -dice Sam tranquilo como si fuera normal.

— Por qué actúan como si romper toda
la casa porque esta enojado fuera normal? -les pregunto súper confundida.

Ellos no responden y se miran entre ellos.

— Bueno, como sea, me llamaron para que? Para que los ayude a limpiar?

— Para que hables con Tom -dice Ned.

— Y que se supone que deba decirle -le digo frunciendo el ceño.

— No se, cosas que dicen las mujeres -dice Harrison y Sam se ríe.

Los miro y siguen como si nada, tal vez están acostumbrados a esto, cosa que es extraño.

— Esta bien, dónde está? -pregunto ya convencida.

— En su habitación -dice Ned.

— Obvio ya sabes cuál es -dice Zack detrás mio y me volteo a verlo con sus brazos cruzados.

— No me digas que ya... -dice Sam y yo ruedo los ojos.

Voy hacia la escalera y subo, camino lentamente por el pasillo viendo algunos cuadros en el piso al igual que abajo.

Me acerco a la puerta y la toco.

— Vete Sam -grita Tom desde dentro.

No respondo y decido girar el picaporte para entrar.

— Te dije que me dejaras so... -veo a Tom sentado en su cama con sus brazos apoyados en sus piernas y restregándose la cara. Y al verme se queda callado.

— Hola -le digo y cierro la puerta detrás de mí.

Me acerco lentamente a él para no espantarlo, y me siento a su lado, el sigue con su rostro clavado en sus manos e inclinado con sus brazos en sus piernas.