Capitulo 1

229 37 6
                                    

El albino llegó corriendo apresuradamente, nunca había usado tanto poder para teletransportarse al otro lado del mundo. Cuando vio la escuela primaria no tardó en, de forma apresurada entrar.

Fue hasta donde una mujer lo recibió. Esta lo vio con algo de duda al ver al más alto.

- ¿En qué puedo ayudarlo?- pregunto la mujer.

- Vengo a retirar a Ryomen Den- dijo este dijo de forma más calmada. La mujer lo miro con duda.

- Que tipo de relación tienen- dijo- además también necesito la autorización de los padres- hablo.

Cuando el albino iba a inventar alguna excusa, se escucharon los pasos pequeños apresurados golpeando el suelo. Ambos mayores se giraron y vieron a la niña correr en su dirección.

- ¡¡TIO SATORU!!- dijo esta y se lanzó a los brazos del mayor. La mujer que los vio, ahí entró en el parentesco que tenía la niña con el albino.

- Hola peque- dijo el mayor. La abrazo y suspiro tranquilo al verla bien- ¿No te paso nada verdad?- dijo este.

- Nop, ¿mami te mando buscarme?- pregunto esta.

- Si- se levantó del suelo y miró a la mujer que los veía aún con duda- tengo una autorización- dijo sacando un papel en el cual había falsificado la letra y firma de su hermana.

- Bueno- la mujer tomo el papel y luego volvió a levantar la vista- aún así, debo llamar a los padres, es un protocolo- esta estaba a punto de tomar el teléfono a un costado.

- No es necesario- dijo otra mujer de un poco más edad apareciendo- con la nota es suficiente.

- Pero...

- Pero nada Suzue- hablo- pueden irse.

El albino miró a la mayor, iba a recriminarle el como podía ser tan irresponsable con el tema de los chicos. ¿Y si el en realidad tuviera malas intenciones?

No había tiempo para eso, por lo que espero que la pequeña volviera con su mochila escolar para poder irse.

- Gracias- dijo saliendo de la escuela primaria. La pequeña lo tomo de la mano y caminaron- ahí está el auto- dijo señalando el sitio.

La niña corrió donde el vehículo y ambos subieron. Satoru abrocho el cinturón a la infante y luego el suyo para comenzar a conducir.

- ¿Por qué mami te llamaría para que vengas a buscarme?- pregunto esta.

- Es un tema algo complicado- dijo el albino mirando la calle. Cruzaba con sumo cuidado pero también con velocidad, esperaba que no pasará nada.
La niña miraba por la ventana, luego giro su vista al mayor notando nerviosismo. Bajo la vista abrazando su mochila. Algo no iba bien.

Levantó la vista y noto el edificio donde trabajaban sus padres. El albino iba allí, su corazón se ablando, por un momento creyó que su tío le había mentido.

Estacionaron frente a la entrada, el albino se desabrocho el cinturón y abrió las puertas y bajaron. Tomo la mano de la menor para cruzar la avenida pero la pequeña lo detuvo.

- Tenemos que cruzar por la esquina- recriminó la menor. El albino suspiro y le hizo caso.

Ambos caminaron hacia la esquina. Esperaban a que el semáforo se colocará en rojo para poder cruzar. Un teléfono comenzó a sonar, era de uno de los hombres a su lado, el cual no tardó en contestar.

Se maldecia el que tardará tanto en cambiar a rojo.

- Señor- llamo el hombre a su lado, el albino giro su vista- es para usted- dijo pasandole el teléfono. El albino algo dudoso tomo el celular y lo llevo a su oido.

- ¿Hola?- pregunto.

- ¿Creías que no te tendríamos vigilado?- pregunto la voz al otro lado de la línea. El albino miró en varias direcciónes- piensa muy bien lo que harás, como te moverás- las luces se pusieron en rojo y las personas comenzaron a caminar.

-¿Quien eres?- pregunto.

- Cuando te mostramos lo que decían esas planchas, podían haber dos opciones, uno ayudarias a los hechiceros o tomarlas tus propias desiciones en las cuales deberíamos tomar medidas- mencionó la voz.

- Es sólo una niña- dijo el albino.

- Eso no quita el hecho de lo que puede hacer en un futuro- mencionó la voz del otro lado.

- ¿Y que piensan hacer?- pregunto burlón- ¿detenerme? No tienen el poder para hacerlo- contesto frunciendo el ceño.

- No puedes salvar a todos- dijo- tenemos en la mira a tus queridos ex alumnos- el albino palidecio- todos tus seres queridos están en peligro.

El mayor bajo la vista hacia la menor, esta lo miraba expectante de lo que estaba haciendo su tío. Aún así tenía leves sospechas, no era tonta.

- Aún que seas el hechicero más fuerte- la voz del otro lado pasuso de hablar, al no escuchar nada del albino sólo suspiro- debes elegir.

La llamada se cortó. Devolvió el teléfono y miró a la menor. El edificio estaba cruzando la calle, no faltaba mucho dio un paso para avanzar pero enseguida las imágenes cruzaron su mente.

Maki, Panda e Inumaki. Cuando los vio por primera vez luego de haberle asignado el que sería su profesor. Yuuta, el conocer su historia y buscar una forma de que el joven no tuviera un final malo.

La imagen de Nobara e Itadori. El adolescente que aún sabiendo los riesgos, puso en peligro su vida con tal de salvar a sus amigos.

Y Megumi. Nunca se arrepentiria de ser su tutor. Consideraba a aquel adolescente como un hijo y no deseaba perderlo, si fuera el caso, no lo soportaría y se saldría de control.

No era justo, ni para él ni para su hermana. Miro la hora notando que no había pasado mucho tiempo desde que la sacó de la escuela.

- Vamos- dijo el albino y camino en dirección donde dejo el vehículo.

- Pero allí trabaja papá- mencionó la menor.

- Hubo un cambio de planes- dijo el mayor- iremos a otro sitio.

- ¿A dónde?- pregunto siguiendolo, dependiendo de lo que dijera y la forma, iría con él.

El albino la miró de reojo y sonrió melancólico. Como si por una parte le gustará a donde iría, pero las circunstancias no eran buenas.

- A mi lugar favorito en el mundo- respondió.

La menor sonrió y tomo la mano del mayor para ir con él. 

Betsu No Shiten [III] [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora