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El paisaje que veían sus ojos se podría repetir una y otra vez, sin embargo los sentimientos en cada una de sus visitas al mar eran diferentes.

El sonido de las olas era relajante para él, lo ayudaban a pensar con claridad y a despejar muchas de sus dudas.

Las olas, el viento fresco y la arena bajo sus pies, son su lugar seguro. Es el único lugar al que puede acudir para pensar o elegir que camino debe seguir.

Book se sentó mirando hacia el horizonte del mar donde la oscuridad de la noche comenzaba a gobernar, después cerró sus ojos y comenzó a tararear una canción mientras sus oídos escuchaban el ruido de las olas del mar.
Parecía que con eso solo quería concentrarse en encontrar las respuestas a sus propias preguntas.

Había viajado recientemente a la casa de sus padres para querer eliminar un poco de su soledad en la ciudad de Bangkok y funcionó un poco. Su madre le preparó sus platillos favoritos y su padre le contó sus recientes aventuras.
Acudió al gimnasio más cercano debido a que le había prometido a cierta persona que comenzaría a entrenar por su cuenta hasta sentirse preparado para ir a entrenar con él.

Los múltiples "Te extraño" que había recibido de su persona especial eran bastantes para que su corazón latiera como loco luego de leer esos mensajes.

Force supo ganarse su corazón poco a poco con pequeños detalles, o más bien supo cómo volverlo a reconquistar.
Ciertamente en su niñez y parte de su adolescencia fueron buenos amigos que solían bromear entre ellos, pero siempre estuvieron esas miradas cálidas llenas de afecto hacia el otro. Volverse a reunir después de algunos años de no verse sin duda fue un juego que el destino les había preparado.

Cuando se encontraron nuevamente siendo jóvenes adultos lo único que pudieron hacer fue reírse y decir sus nombres mientras se veían sorprendidos.

Todos sus recuerdos al lado de Force llegaron como una lluvia torrencial a su mente.

Todo el peso de Book sobre sus hombros en este momento se debía solamente a que su relación anterior no funcionó y temía que eso sucediera en el presente con Force. Tenía miedo de no ser la persona indicada para su mejor amigo y él solo quería lo mejor para Force.

—¿Así que es aquí donde has estado todo este tiempo?— la voz que lo llamaba lo sorprendió tanto que se levantó rápidamente de la arena.

—Force...— dice su nombre en un tono bajo mientras sus labios se curvan en una linda sonrisa. —¿Qué haces aquí?... Supuse que estarías en el gimnasio.

—Tu madre me llamó, pregunto si ya estabas de regreso en Bangkok y le dije que no... Y por lo visto volviste a tomar un atajo hasta aquí. No es la primera vez que lo haces— responde de manera calmada mientras se acerca más al sujeto que ama el mar.

Book hizo un puchero con sus labios y después asintió con la cabeza. —Regularmente vengo aquí para despejar mi mente.

Force suspira, no ha visto a Book por algunos días y no sabe que más decir o hacer. Todo estaba bien cuando aun eran amigos, podían hablar de lo que quisieran sin sentirse tímidos el uno con el otro. —¿Puedo ser tu acompañante?

—Ya eres algo más que mi acompañante, ¿No lo crees?— Book bromea con él antes de tomar su mano y caminar descalzo sobre la arena.

—¿El señor Kasibook está coqueteando conmigo?— ladea su cabeza mientras mira sus manos unidas.

—Solo puedo coquetear contigo ahora— detiene sus pasos para continuar bromeado.

Sin embargo Force percibe que algo anda mal con Book, particularmente cuando su novio está nervioso tiende a bromear. —¿Te pasa algo?

• A la orilla del mar • Donde viven las historias. Descúbrelo ahora