Capítulo 15

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-Si podemos, solo promete tocar la próxima vez.

abrí los ojos y di vuelta para verlo mejor, estaba no se si incomodo o nervioso, creo que fui muy duro con él.

-Lo siento tío, no debí hablarte así, no volverá a ocurrir.

-Esta bien, fue mi culpa, debería respetar mas tu privacidad, pero no quería esperar, me gustaría que me contaras sobre tu charla con Nathan.

-Lo siento, pero no puedo decirte, me sentiría incomodo, -estaba rechazándolo, era lógico, hablar con extraños es mas sencillo que hacerlo con parientes, y decirle a la persona que quieres que estas roto, lleno de cicatrices y heridas por sanar entonces eso para mí no es sencillo.

-Lo sé, no debería haberte pedido eso, es que, siento incomodidad por como te estaba tocando, ¿Hizo algo inadecuado? ¿Te toco donde no debía? ¿Te hizo sentir incomodo? ¿te obligo a tocarlo? Puedes estar seguro que yo te voy proteger si eso paso Gulf, puedes tener esa confianza en mí, prometo que hare todo para que no vuelva a pasar. -hablo tan rápido que me dejo mudo, de donde saca tanta imaginación Mew, nada de eso había pasado, las manos de Nathan no tocaron mucho y tampoco fue inadecuado, las sentí frías e impersonales, no como las de Mew, que si me tocaban me derretiría al instante, pero eso solo lo voy a saber yo, -Respóndeme Gulf.

Mew estaba demasiado cerca de mí, solo un paso más y podría tocar mis pies con los suyos, -No paso nada de lo que estas maquinando tío, no me toco como crees, todo se sintió frio, fue amable, atento, me escucho y no me juzgo, solo me dio recomendaciones. No me sentí incomodo, aunque sería normal porque apenas es la primera vez que hablamos, pero fue muy normal, nada del otro mundo. Deja de pensar tanto en eso.

-Esta bien Gulf, confió en ti. Se que no me dirías mentira, ¿verdad?

-sí, puedes estar seguro de eso. Ahora voy a concentrarme en mis deberes, debo ponerme al día o sino mi madre llamara para retarme.

-Te diré cuando el almuerzo este listo y tengas que ir a comer, no puedes saltar comidas Gulf, así que estate desocupado para entonces.

No sabía como era vivir sin regaños, ni golpes diarios. Aun no me acostumbraba a tener paz y tranquilidad, con Mew seria muy sencillo hacerlo. Acostumbrarme a una nueva vida. Lo único que se interponía en mi tranquilidad no era Mew, sino su querida novia, la semana paso rápidamente y tuve que crear rutinas muy extrañas.

Ni ella me dirigía la palabra, ni yo a ella, Mew dejaba el almuerzo preparado y yo hacia mi propio desayuno, cuando regresaba cenábamos juntos, su novia, él y yo. Incómodamente, pero ese era el único momento donde compartíamos un espacio juntos. Si ella llegaba a la cocina yo me iba, y viceversa, evitábamos estar en el mismo lugar, pero eso solo paso la primera semana.

Las sesiones con Nathan estaban muy bien, realmente bien. Me sentía más cómodo nos habíamos encontrado tres veces durante toda la semana, pero solo abordamos mis enojos y realizábamos ejercicios de meditación y relajación, me gustaba eso. Pero había algo extraño, cuando se acababan las sesiones y abríamos la puerta, Alexandra corría detrás Nathan tratando de iniciar una conversación, aunque Nathan se despedía cortésmente y yo lo acompañaba hasta la puerta.

Me resultaba algo fastidioso la actitud de Alexandra, pero lo mas extraño fue la segunda semana, por que antes de que yo llegara a la puerta para abrirle a Nathan que era muy puntual ella ya estaba ahí. Nunca dije nada, no le comenté a Mew nada sobre su actitud, no sabia como, era extraño, ella no debería actuar así, o ¿sí?

La sesión del viernes estaba llenado a su final cuando la puerta del estudio fue abierta y entro Alexandra, pero me sorprende que esa ropa no era la que traía antes, tenia un vestido corto muy escotado, me sentí incomodo de inmediato, pero no pude decir nada porque traía una bandeja en las manos y se acercó a nosotros.

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