Capitulo 8 Verdades sobre la mesa, Aceptación y Maldad

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Bueno aquí el nuevo capítulo, me disculpo por el retraso.

La semana pasada no tenía nada listo y además fui al campo y la señal era imaginaria, no había señal no había tiempo y pise mierda de vaca :v

Fue divertido pero no pude actualizar.

Pero volví, sinseramente pensé que no actualizaria está semana tampoco pero llegó algo de inspiración y alcance a terminar el cap.

Espero sea de su agrado.

Los personajes le pertenecen a sus respectivos creadores.


Llevo tres meses sin ver al demonio.

Diferentes sucesos, que esté Suecia en un bunquer abandonado bajo tierra y ocultándome de unos mercenarios tiene mucho que ver, ni siquiera pude avisarle antes de irme, era urgente, unos malnacidos tuvieron las pelotas suficientes como para secuestrar a Bizarro.

Estos resultaron ser unos científicos locos despedidos de Cadmus y unos mercenarios de poca monta pero con una gran piedra de Kriptonita azul, nos llevó un estresante y jodido mes dar con la ubicación de nuestro grandote.

¡Sabía que tenía que haberle puesto un rastreador! (Eso es muy Batman solo digo n.n')

Y otro mes se gastó entre infiltrarnos, ubicarlo, asegurarnos de que estuviera vivo y poder sacarlo en una pieza.

Biz fue sometido a diferentes experimentos que por poco y no lo dejan en estado catonico y los desgraciados lo exponían constantemente a la Kriptonita azul así que sus heridas no sanaban rápido, llegamos justo a tiempo, si algo le hubiera pasado hubiésemos cazado a esos desgraciados como alimañas y no hubieran simplemente sido encerrados con una que otro hueso roto, los hubiéramos matado de una manera para nada piadoso, le gustará a la liga oh no.

Ahora nos encontramos todos ocultos de los psicópatas de esos científicos y sus mercenarios mientras tratamos de curar las heridas de Biz, Artemisa está histérica mientras yo trato de mantener la calma y asegurarme de que estamos ocultos, no sabemos los daños internos que puede tener el grandote que duerme como roca en una mesa metálica, necesitamos refuerzos aunque me duela en los cojones, seguimos en el territorio de esos malnacidos y no salimos tan bien parados de la fuga ya que además puede que hallamos incendiado y destruido todos los experimentos de clonación y demás que encontramos lo que nos costó mucho y tuvo una respuesta de lo más hostil, así que no creo que nos busquen para tomar el té, Artemisa sigue con el disfraz de científica y yo de guardia, apenas recuperamos nuestras armas y no son suficientes.

No nos quedó de otra que dar la alarma de socorro a la Liga de la justicia.

Dignidad por los suelos pero estamos preocupados por Biz que no se ha movido ni siquiera desde que lo sacamos de esa cámara criogénica, lo que nos mantiene tranquilos es que respira y ronca, jamás pensé estar tan feliz de escuchar los ronquidos del grandote a un que estemos en una situación que requiere silencio.

- Red... ¿Crees que esté bien? -volvió a preguntarme Artemisa por quinta vez consecutiva.

- Tranquilízate, los Kriptonianos son cucarachas difíciles de matar ya verás que pronto estará por hay causando desmadres por los que culparemos a pie grande -conseguí que Artemisa soltará una carcajada.

- No se quien es el señor de pies grandes pero casi me vuelvo loca cuando se lo llevaron, debí protegerlo mejor, mi deber como su compañera era ese.

- No te culpes Art, eran muchos y ni tú sola con todo tu feminismo amazona hubiera podido con tantos -un fuerte golpe contra el suelo fue el aviso de que la caballería a llegado -llegaron los viejos a salvarnos el culo -me queje.

Todo comenzó con un resfriadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora