Epílogo.

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 -Mami, ¿Crees que papi haya comprado un pastel de mi sabor favorito? -decía Mía mientras peinaba su cabello.

-¡Claro que si, nena!, él prometió que todo sería perfecto.

Ella rió mientras ponía una liga en su cabello.

Hoy cumplía cinco años... ¡Como pasa el tiempo!, parece que fue ayer cuando la cargue por primera vez.

-¿Dónde esta mi princesa?-gritó alguien desde la plata baja.

-El tío Logan-gritó ella corriendo a saludarlo.

Reí y me percaté de que Cameron había visto aquella escena.

Él se acercó y me abrazó depositando un beso en mi frente.

-¿Cuándo creció tanto?-dijo él.

En ese momento sentí otros brazos en mis piernas que me rodeaban. Era mi hijo Alex de solo dos años quién vivía pegadito a mí. Lo tomé en mis brazos y lo abracé también a él.

Luego de un tiempo con Mía, decidimos tener otro bebé, ya que Mía crecía muy rápido y eso me daba mucha nostalgia.

Alexander nació tres años después y ha llenado nuestras vidas.

-¡Pero si aquí están!-dijo Logan que venía con Mía en sus brazos- ¿Cómo están?

-Agotada, y eso que aún no llegan los demás niños-dije riendo- ¿y Camille con el pequeño Ethan?

-Abajo hablando con tu madre.

Camille y Logan habían tenido un bebé hacia ocho meses, y Mía lo adoraba ya que sentía que era otro hermanito. Camille se veía radiante, la maternidad le sentaba de maravilla.

Bajamos todos a la planta baja donde estaban todos, eran muchos adultos para un cumpleaños de una niña de cinco años.

-¡Aquí viene la cumpleañera!-Dijo Nash.

Mía tenía muchos regalos y ansiaba abrirlos todos, es por eso que los chicos intentaban distraerla.

-Deberíamos aprovechar que todos aquí quieren cuidar a nuestros hijos y subir a la habitación-dijo Cameron en mi oído.

Le di una mirada de advertencia.

-yo también quiero ir a dormir-dijo Alex, aunque claro que en su lenguaje de bebé ya que estaba aprendiendo a hablar.

-¿Así que no quieres prestarme a mami ni un minuto?-rió Cameron tomando a Alex en sus hombros.

Salimos al patio donde era la fiesta de Mía y pese a haberla peinado recién, ya había desordenado su cabello.

Ella era más como Cameron, su pelo era castaño, aunque había sacado mis ojos, y tenía una complicidad conmigo, le encantaba salir a jugar y también era muy sociable y amaba a su hermanito, me ayudaba bastante.

-¿no eres feliz?-le pregunté a Cameron.

-Me siento el hombre más feliz del mundo contigo y la familia que hemos formado.

Cuando el día terminó y todos los invitados se fueron, hicimos una pijamada los cuatro, Mía quería que todos durmiéramos juntos y que viéramos películas.

Ese fue el regalo que nos pidió.

-Bien Mía, ¿Qué película veremos?, ¿Cars?-dijo Cameron.

-No papi, no me gusta tanto esa-dijo ella- Quiero ver la que se acaba de estrenar.

-Mami, ¿estás de acuerdo?-Preguntó Cameron.

-Por supuesto, Mía tiene que elegir.

A Cameron le tocó ir a preparar las popcorn mientras con los niños nos acomodábamos en la cama y esperábamos a su padre para poder ponerle play a la película.

Estábamos muy a gusto. Mía disfrutaba de estos momentos en familia y su hermano Alex, ya había caído dormido justo a la mitad de la película, mientras se acurrucaba en mis brazos, es por eso que lo acomodamos bien para que siguiera durmiendo plácido.

-Mami, ¿Puedes contarme como se conocieron papi y tú?

Mía me miraba con sus ojos suplicantes y acaricié su cabeza mientras asentía.

-¿Por qué tienes tanto interés?-pregunté.

Ella se encongió de hombros.

-Bien...déjame ver-dije haciendo memoria- Yo era nueva en el instituto y era amiga de la tía Sierra, cuando conocí a papi.

-Mami se enamoró perdidamente de mí apenas de vio- Agregó Cameron.

-¡No fue tan así!-reí- eventualmente si, pero en un principio yo era muy tímida e insegura.

-¿Por qué mami?-preguntó Mía.

-Porque ella no podía ver cuan hermosa es-dijo Cameron.

-¿Papi te pidió salir?

Yo asentí.

-¿Realmente crees que se podría resistir a mí?-Bromeó Cameron.

-No-rió Mía.

-¡Hey!-reclamé

-Es que mami, tu siempre terminas diciendo que si a papi.

Y es verdad, desde que nos conocimos que he caí rendida por Cameron y creo que es tan evidente que hasta mis hijos se dan cuenta.

-En realidad-intervino Cameron- Me costó conquistarla, hemos pasado por muchísimas cosas en todos estos años y cada día la amo más.

-¿Y a mí?-preguntó Mía.

-A ti también, ambas son mis chicas, y a ustedes y tu hermanito son lo más preciosos que tengo y los amo con todo mi corazón.

Mía abrazó a Cameron mientras yo miraba la escena enternecida, y plena.

Cameron y yo habíamos comprado una casa cuando se agrandó la familia y Cameron y yo nos alejamos de las redes sociales para dedicarnos a nosotros.

Yo trabajaba en una clínica donde amaba mi trabajo y el ambiente era realmente agradable, mientras que Cameron había hecho algunos cursos y se dedicaba a dirigir, había grabado recientemente una serie y le iba muy bien y tenía muchas ideas, y se había inspirado en nuestra historia para hacer una película que salió hace un año, adaptada claro, pero tan hermosa como nuestra verdadera historia.

Hemos aprendido de nuestros errores y cada día vamos aprendiendo a ser mejores, mejores esposos, mejores padres y sobre todo, mejores compañeros y hasta el día de hoy vamos muy bien.

No todo siempre ha sido perfecto, pero no cambiaría nada.

-Crecen tan rápido-dije.

Ambos acomodábamos a los chicos para dormir al medio de la cama, Mía luego de la plática también se había quedado dormida.

Cuando me acomodé yo en la cama, Cameron tomó mi mano.

-Cariño, ¿Qué opinas si intentamos una vez más?-dijo él.

-¿Otro bebé?-dije sorprendida.

-Es que crecen tan rápido. Además ¿viste al hijo de Logan? ¿No te dan ganas de tener otro bebé?.

Lo pensé un momento.

¿Otro bebé más? Nadie habla sobre lo duro que es, aunque al final del día vale la pena cada segundo.

-Esta bien, hagámoslo-dije son creerlo.

Brave{Cameron Dallas & tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora