Oliver
Estaba en mi cuarto, era sábado, el día de la fiesta de Nadia, y quería ir presentable pues Camile iba a estar ahí.
— ¿Este se ve bien? — le pregunté a Owen y a Estela.
—Pues sí — respondió ella.
Me giré para verme en mi espejo de cuerpo completo que tenía en mi cuarto.
—No necesito un pues — dije firmemente, me miré poco convencido — siento que este color no me va.
Me quité la camisa y me quedé en pura playera.
— ¿Qué color combina con el rojo? — pregunté buscando alguna camisa.
— ¿Por qué tiene mucho interés en verse combinado? — preguntó Estela — siempre va todo mal combinado a todos lados y no le interesa.
—Es que se acaba de reconciliar con Camile — respondió bromeando Owen.
Yo le aventé mi camisa a la cara.
—No me reconcilié con ella, solo platicamos un poco — me defendí.
—Oh, así que quieres ir presentable para tu enamorada — Estela alzó y bajó las cejas repetidamente.
—No — dije.
—Sí — contestó Owen al mismo tiempo.
—Solo ayúdenme y no pregunten.
Estela suspiró.
—Está bien, yo te ayudo, porque tú no tienes sentido común en esto.
Ella se acercó a mi closet.
— ¿Todavía tienes el pantalón café claro?
—Creo que sí, tiene que estar por ahí.
Estela sacó y sacó ropa de mi closet, se nos estaba haciendo tarde y ya me estaba desesperando.
Fue hasta que ella encontró la ropa perfecta (según ella) que guardó todo a y me pasó lo que había escogido.
—Yo digo que se ve bien — comentó Owen.
Me miré en el espejo y la verdad es que no se veía tan mal.
—No lo sé, la playera está muy larga y no va a quedar con la camisa — respondió Estela con la mano en la barbilla parada a mi lado derecho.
—Pero se ve bien — argumenté.
—Sí, pero yo había pensado en la camisa verde oscuro que tienes.
—Entonces sin la camisa, así ya se ve bien — dijo Owen.
—No, ya sé, fájate la playera.
Hice lo que Estela dijo.
—Ahora levanta los brazos — levanté los brazos y ella sacó un poco mi playera — muy bien, ahora ponte esto.
Ella agarró la camisa y me la dio, yo me la puse encima y mentiría si les dijera que no se veía bien.
—Así se ve mucho mejor.
—Entre que se ve bien o no, ya hay que irnos o llegaremos tarde — nos interrumpió Owen.
[...]
Ya habíamos llegado al edificio de Nadia, íbamos a hablarle por el interfono, pero en ese momento ella estaba saliendo de su edificio.
— Hola, Nadia — saludó Owen.
—Hola, chicos — respondió — Qué bueno que llegaron, solo faltaban ustedes.
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El chico de la bufanda gris
Fiksi RemajaCamile y Oliver, dos chicos que estudian en una escuela en Queens, un distrito de Nueva York, cada uno con diferentes sueños y diferentes formas de ver la vida, pero con algo en común... Una bufanda gris. ADVERTENCIA: ESTA HISTORIA ES SOLO UN BORRAD...