Una Pequeña Familia...???

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El premio al mejor imitador de Michael Jackson era una cierta cantidad de dinero que incluso alcanzaría para comprar una mansión. ¿La razón? Se trataba de una famosa agencia de talentos japonesa que se dedicaba a concursos de este tipo. 

Chūya fue el ganador. Tenía planes con ese dinero, y uno de ellos era agrandar la casita de Copito y llenarlo de lujos y comida.

Dazai lo acompañaba en la elección de sus compras para el pequeño cachorro que esperaba en casa. Chūya muy entretenido con cada accesorio, y Dazai sintiendo mareos muy fuertes que evitaba mostrar.

"Este de aquí es un buen abrigo para mi Copito de Nieve, ¿Te gusta, Dazai?".

Preguntó, extendiendo la ropita de cachorro canino hacia Dazai. El castaño sonrió, abrazando su abdomen de manera algo inusual para Chūya.

"Oye, ¿te sientes mal? ¿Te duele el estómago?".

"Chūya, ven aquí..". Hizo una seña con una de sus manos para que el pelirrojo se acercara a él. Desde luego que no pensaba decirle nada, al menos no aún, ni siquiera sabía la manera de solucionarlo.
"Necesito ir al baño. Pero antes dime, ¿tú no te has sentido extraño últimamente? Con náuseas, vómitos, mareos, cansancio..."

"No, rara vez enfermo. Me he sentido bien. ¿Por qué? ¿Es contagioso lo que tienes? No me importa, no me alejaré de tí. Quiero ir contigo a la clínica".

"Chūya, formemos una familia".

Dijo de repente. El de menor estatura volteó. No era la primera vez que Dazai le propusiera tal cosa y eso le incomodaba. Él no quería una familia pronto, sólo a Copito, y le daría lo mejor.

"¿Qué? O-Oye, eso no sucederá conmigo... Ambos lo hicimos del mismo modo, nos turnamos, las probabilidades de concebir son muy bajas en la primera vez... Una familia es imposible ahora".

Dazai comprendió al instante, Chūya no estaba interesado en niños, sólo en perros. Además, como Mori se lo mencionó, tener niños en la Port Mafia era como cavar la propia tumba de todos sus integrantes, pues los de organizaciones contrarias los usarían para chantajearlos, o en el peor de los casos, querrán llevárselos por sus habilidades que pudieran heredar.

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En casa, Sakunosuke tenía una plática seria con Dazai. Él tenía veintitrés años y experiencia cuidando niños, no dudó mucho en ofrecerse como el cuidador del bebé que está por venir, en caso de que lograra nacer.

"Incluso, si quieres, Dazai, puedo adoptar al niño. No sería problema para mí".

"¡Odasaku, eres el mejor!"

Un nuevo mensaje llegó al teléfono móvil de Dazai. Era un aviso sobre la inesperada llegada de un tal Fukuchi.

CHŪYA [SOUKOKU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora