Parte II - Capítulo XXXI

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Notita: Bueno, mi repuesto nunca llegó. Me devolvieron mi computador pero obvio está mala, y no tengo dinero para pedir otro. Tampoco puedo pedir la devolución porque sigue en proceso de investigación JAJAJAJ (me río para no llorar). De verdad lamento lo mucho que demoran los capítulos, pero me es muuuy difícil reescribir todo y recordar todo lo que hice y esperar a que salga igual de bien :( créanme que doy lo mejor de mí para que los capítulos lleguen lo antes posible y sean tan buenos como me gustaría que fueran :( No sé si lo estoy logrando, porque la verdad me desanima mucho escribir algo que ya escribí, pero seguiré intentando al menos hasta poder solucionar esto :(

Besitoos<3

***



Alexandra

—Entonces... ¿Crees que Matt esté fuera de nuestra lista de sospechosos?

Aiden frunció un poco el ceño antes de negar levemente con la cabeza.

—No lo sé.

—Hablé con Amy al final de clases. Ella confirmó todo lo que Matt me dijo.

—¿Lo hizo? Bueno, supongo que eso es... bueno.

—No estás completamente convencido, ¿cierto? —solté un suspiro pesado.

—No puedo estar simplemente <<convencido>>. Sé que no han vuelto a aparecer notas, mensajes o fotos esparcidas por ahí. Tu hermano lo asustó, pero eso no significa que no siga por ahí asechando. Creo que no le tomas el peso suficiente a lo que tener un psicópata detrás significa.

—Oye, no me regañes —hice un puchero—. Sí lo hago, pero creo que estamos haciéndolo más grande de lo que es. Solo es un adolescente idiota con acceso a un celular y mucho tiempo libre.

—Para mí es algo un poco más grave, Alex. La forma en la que ha invadido nuestra privacidad y la de nuestros amigos... es jodidamente espeluznante.

—Claro, lo es, pero si no vuelve a aparecer... ¿qué podemos hacer? Travis ya dijo que los mensajes no eran rastreables luego de tanto tiempo y que habían sido enviados desde un celular desechable.

—Tienes razón, no hay nada que podamos hacer por ahora, pero no quiero que bajes tu guardia.

—Yo no he...

—Sí, sí lo haz hecho.

—Suenas como mi padre.

—Eso fue ofensivo.

—Está bien, tienes razón —concedí, sabiendo que Aiden no daría su brazo a torcer—. Con todo lo que ha pasado sí he estado un poco distraída, pero te prometo que lo tendré en cuenta desde ahora.

—Además de todo, tenemos que tener en cuenta la posibilidad de que este jodido pervertido pueda seguir espiándonos.

—Es por eso que ya no tenemos sexo en el mismo lugar cada vez —le di una sonrisa suficiente, como si eso arreglara todo—. Y es por eso que los armarios oscuros son nuestra parte favorita de la escuela.

—No me recuerdes sobre los armarios de la escuela mientras estamos teniendo una conversación seria.

—Es algo que tú harías.

—No quiere decir que esté bien —me dio una sonrisa ladeada.

—Lo siento —me reí—. Pero hemos tenido cuidado, y las chicas saben que tienen que tener cuidado también.

—También debemos recordar que ahora todo el norte es tu enemigo. No se puede confiar en ellos, y por mucho que Matt parezca inofensivo, no quiere decir que realmente lo sea. Puede no ser quien está detrás de las amenazas, pero sigue siendo del norte.

The wrong side of town -  Parte I y IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora