《 Nosotros dos 》

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-Hange, oí, Hange...despierta- Susurro levemente y con suavidad sobre su oído, esperando que ella respondiera a su nombre.

Este la observo con cariño, y volvió a mencionar su nombre mientras le quitaba un par de cabellos rebeldes de su rostro.

-¿Que es lo que quieres?...- Porfin le respondió y con algo de mal humor.

Levi arrugó la cara, pero, al momento la cambió por su normal en seriedad. Dejo de jugar con su cabello y se acomodó mejor en su silla de ruedas, dejando aquel manejo de cariño a un lado.

-Quiero que salgamos juntos- Disimulo algo de emoción.

¿Emocion? En serio que el alejarse de la guerra le había hecho un buen cambio.

-¿Eh? ¿Encerio? ¿A esta hora Levi?- Tenia un ojo abierto y el otro cerrado.

No le dio respuesta, era claro que si hablaba enserió.

Esta escondió su rostro entre las almohadas y murmuró entre ellas.

El sonrio con victoria, es que era más que inevitable que le aceptara un vieje y extraño que no se emocionara cuando ella era la que habia amado esas situaciones.

Levi se corrió con su silla de ruedas a un lado para darle pasada a ella enrollada entre sus sábanas.

-¿A donde iremos?- Pregunto con los ojos aún sucios y viendo borroso.

-Primeramente bañate, después te contare- Esta le giro a ver con disgusto.

-Mentiroso, no me dirás nada.- Seguia caminando mientras se sostenía más las sabanas.

-Talvez- Contesto mientras la observaba metiéndose al baño.

Ahora el iría a la cocina a servir el desayuno.

Tomó su bastón y empezó a servir té en las tazas pertenecientes a ellos. Dejo estas en la mesa del comedor y sirvió un desayuno que aunque era simple a el le costo un poco cocinarlo. Los huevos se le quemaron...

Increiblemte, ahora se sentía mejor de lo que alguna vez pudo hacerlo, ya casi con sus cuarenta a la vuelta de la esquina, en silla de rueda, sin un ojo y dos dedos, pero, a pesar de que había dolor, aún así se sentía mejor que cuando tenía veinticinco.

Se sentó de nuevo en la silla a la espera de la castaña, pero esta ya se tardaba fuera de lo normal...y ya se preocupaba por ello.

Tomo su bastón y camino lo más rápido que pudo con su pierna buena, hasta que pudo llegar al baño y así, encontrarla en la ducha como una vez ya lo había hecho.

Aquella se encontraba sobre el piso de la ducha desvaneciendo, cubierta en lágrimas y empapada por el agua que corría en su rumbo normal.

A Levi se le entristeció la mirada por tal hecho que le amargaba el corazon, y aunque dolía, debía hacer algo. Cerro la llave y se puso de rodillas ante ella y sin decir nada la abrazo por el cuello atrayendola a su pecho.

El gemido de dolor que emano al abrazo era desgarrante. El extendió una toalla cerca y le tapo la espalda con esta, y Hange pazo sus brazos a la espalda del pelinegro, sumiendo su rostro en la camisa de el, ahora húmeda.

Levi penso que decirle entre la angustia, las palabras a veces no tenía que salir, pero debía de decirle algo que talvez ayudara...

Y cuando el iba a hacer el intento, ella lo interrumpió con unas palabras en sollozos...

-Te amo.-

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Después de que todo pasará y Eren fuese asesinado junto a demasiadas personas, los últimos que quedaban y ahora ya no podrían regresar, se habían desplegado, como Levi, que ante su angustia no podía hacer nada más que seguir, seguir en lo que le quedaba de su vida, y, con su corazón roto, pero, una noticia le había hecho llorar, no de dolor, sino de esperanza.

•⊰ 𝐁𝐨𝐬𝐪𝐮𝐞 𝐝𝐞 𝐚𝐦𝐚𝐩𝐨𝐥𝐚𝐬 ⊱•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora