"Oye,", dijo Nick, frunciendo el ceño mientras se lamía el borde de los dientes. Charlie lo miró rápidamente, desde su tarea de ciencias, con una ceja enarcada. "¿Tienes pasta dental?"
"No...", dijo Charlie con tono inexpresivo. "Me cepillo los dientes con jabón."
"Wow, está bien...", Nick sonrió, sacudiendo su cabeza. "¿Desde cuándo te has vuelto descarado? ¿Dónde se ha metido mi pequeño nerd ansioso?"
"Aprendió a moverse con los grandes y fuertes chicos del rugby,", rio Charlie, poniéndose de pie y dirigiéndose al baño. Volvió momentos después, dándole un tubo de pasta dental de menta a Nick mientras el chico sacaba un cepillo de dientes de su bolsita de viaje. Sus padres finalmente habían llegado al punto donde se sentían cómodos con que se quedara a dormir. "¿Estás bien? ¿Estás listo para ir a la cama?"
"No,", el chico dijo con desgana, "solo tengo un sabor amargo en la boca. No creas que morder mi lápiz me sienta muy bien."
"¿De verdad?" Charlie sonrió de lado, viendo como el chico empezaba a cepillarse los dientes a mitad de la habitación. Enarcó una ceja ante la acción "¿Quién hubiera pensado que eso sería un problema?"
"Esta pasta de dientes sabe a ti...,", murmuró Nick con su cepillo de dientes aún en su boca, sonriendo ampliamente mientras Charlie se sonrojaba considerablemente. El sonrojo se formó en lo alto de sus mejillas, comenzando después a bajar rápidamente por su cuello. "Es lo que pruebo cuando me pasas la lengua...,"
"Nick...,", Charlie soltó una risita, volviendo a ver su tarea. Su estómago dio un vuelco, el estómago se encendió de la más extraordinaria de las maneras. "Eres un tonto."
"¿Qué?" El chico hizo gárgaras. "Es verdad. Me gusta el sabor de tu pasta de dientes, ¿eso es un crimen?"
"No,", Charlie volvió a reír por lo bajo, inclinándose hacia adelante y pasando el pulgar por la barbilla del otro chico mientras un poco de espuma jabonosa empezaba salirse de su boca. Sacudió su cabeza, suspirando. "Lo que es un crimen es que te cepilles los dientes a mitad de mi habitación. Ve al baño...,"
"Entonces puedo probar tu boca...,", Nick sonrió, ladeando su cabeza. Charlie se sonrojó mucho más, mordiendo la parte interna de su mejilla. Después, asintió.
De pie, Nick se dirigió al baño con un ritmo en su andar. Oh, cómo le gustaba ver a su novio sonrojarse.
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"Me encanta tu cabello,", Nick sonrió, mientras él y Charlie tomaban asiento con los amigos de éste último a la hora del almuerzo del día siguiente. Elle se había unido, por tener día libre en su nueva escuela debido a una tubería dañada. Charlie enarcó una ceja, negando con su cabeza. "¿Qué piensan chicos?"
"Su cabello...,", Tao cuestionó. Levantó una ceja. "Es el cabello. No creí que ustedes, chicos descerebrados del rugby, fueran tan... gay."
"Bueno,", Nick sonrió de lado, "mi mitad gay está muy poderosa hoy. Vamos, chicos. ¿Pueden decirle que no necesita cortarse su cabello?"
"¿Qué?" Charlie rio entre dientes, sacudiendo la cabeza ante la idea mientras se llevaba un poco de pasta a la boca. Su flequillo se balanceó con el movimiento. "Mi flequillo está creciendo demasiado, casi tapa los ojos. Necesito cor..."
"Pero...", Nick interrumpió, "no."
"Voy a vomitar...," Tao hizo un sonido de asco.
"Tao...,", Elle resopló, "es adorable."
"¿Por qué no les gusta mi cabello largo, de todos modos?", preguntó Charlie con una leve sonrisa en su cara a pesar de su desconcierto. Nick dio un sorbo a su bebida, encogiéndose de hombros ligeramente, explorando con sus ojos la cara de su novio en alguna signo de ofensa.
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El poder del sonrojo. :traducción:
Random╱ !╲ Antes de comenzar a leer: Dentro del siguiente texto se narra una situación un tanto madura para las imágenes de los personajes principales, 𝘀𝗶𝗻𝗼 𝗲𝘀 𝗱𝗲 𝘁𝘂 𝗮𝗴𝗿𝗮𝗱𝗼, aún tienes tiempo de volver atrás. (no es tan mala la escena...