Capitulo 2

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La niña miraba por la ventana, se estaban alejando mucho de la ciudad y entraban en zonas poco transcurridas. El albino entro al estacionamiento de un centro comercial.

- ¿Qué hacemos aquí?- pregunto la menor.

- Debo comprar algunas cosas- dijo el mayor- vamos- ambos bajaron del auto y entraron al sitio.

La niña miraba a todos lados, las tiendas de ropa, juguetes, comida. Había de todo un poco. Caminaron por un rato, el albino compraba algunas cosas que le resultaron curiosas a la menor.

A ella le había comprado una muñeca que le había gustado, pero a parte de eso, compro algunos peluches, unos autitos y ropa de bebé. Productos para cocinar un largo tiempo en caso de no poder salir a comprar lo necesario.

- Bien, ¿quieres algo más?- pregunto el mayor mientras miraba a la niña comer el helado.

- No- dijo y miró al mayor, este asintió y miró su celular viendo la hora, lo dio vuelta y le quitó la batería para luego acercarse a un tacho de basura y tirar el aparato allí- ¿por qué haces eso?- pregunto la menor.

- Es para que no logren rastrearnos- dijo este- dejaron de seguirnos al salir de la ciudad- explicó- nos seguían mediante señal satelital.

- Vaya- exclamó la menor.

Guardaron todo en el auto y se subieron, no había pasado más de una hora desde que había sacado a la menor de la escuela.

Condujo por una rato, cada vez más alejados de la civilización. Entraron por una carretera rodeada de árboles, la niña miraba maravillada la vista.

El mayor sonrió, enseguida y viendo ningún auto cerca dobló hacia la derecha. La niña se asustó al ver que se dirigían hacia los árboles, creyó que chocarian en cambio los pasaron como si fuera un campo transparente.

Un camino de tierra los llevaba dentro. No tardo en ver a la distancia una casa moderna y rústica, tenía una piscina y un campo con juegos infantiles.
La niña miraba fascinada el sitio. Aún así, una presencia poderosa parecida a la de su tío venía desde dentro de la casa. El mayor estaciono y bajo del vehículo.

- ¿No bajas?- pregunto. La niña algo tímida así lo hizo.

Caminaron hacia la entrada de la casa, donde la puerta no tardo en abrirse revelando a un niño de cinco años con cabello castaño y ojos verdes con tonos celestes, el cual miró con total alegría al mayor.

-¡PAPA!- grito feliz y corrió donde el mayor. La niña miraba asombrada la imagen. El albino con una sonrisa genuina se agachó y tomo al niño en sus brazos y lo abrazo feliz de verlo.

- Hola campeón- saludo. No tardo en ver hacia la puerta de la casa y sonreír.

Den miró en aquella dirección y vio a una mujer parecida al niño. Esta portaba una panza de embarazada y sonreía en su dirección.

Se acercaron hacia la mayor. La niña se escondía tímida detrás de Satoru, aún así tenía la mirada curiosa del pequeño en los brazos del albino.

- No avisaste que vendrías- dijo de forma tranquila la castaña.

- Fue un breve percance improvisado- beso los labios ajenos y sonrió- Ariadna, te presento a mi sobrina Den.

La castaña miró a la menor y sonrió alegremente. Nunca tuvo el placer de conocer a la hermana del albino, ni a ninguno de sus familiares o alumnos, por protección.

No aceptarían una pareja entre un hechicero y una ciudadana común y corriente. Eso lo noto la niña.

- Satoru me contó muchas cosas maravillosas sobre ti jovencita- dijo la mayor sonriendo.

- ¿Enserio?- pregunto ilusionada la menor dejando su timidez.

- Así es- miró luego al niño en los brazos del mayor -Law, ¿no te presentaste?- pregunto la mayor.

El niño miró a la Albina menor y bajo de los brazos de su padre el cual no tardó en acercarse a la castaña y abrazarla por la cintura y miraba a los niños.

- Yo- dijo tímido- Soy Gojo Lawliet, un gusto- extendió la mano a la niña.

- Ryomen Den- estrecho la mano con el menor- ¿somos primos?- pregunto mirando a los adultos.

- Si- contesto Satoru. No se espero que la niña de forma demasiado alegre abrazara al castaño.

-¡Tengo un primo!- dijo contenta.

Ambos enseguida congeniaron y fueron a jugar al patio, mientras tanto ambos adultos entraron a la casa.

- ¿Qué sucedió?- pregunto la castaña yendo hacia la cocina- no vienes de un momento a otro, sin avisar y con tu sobrina.

- Siempre sabes todo- dijo con una sonrisa el albino- así nos conocimos, ¿te acuerdas?- pregunto.

- Satoru- miro al albino- sabes que puedes decirme las cosas.

- Necesito que cuides a Den- fue directamente al tema- pasarán cosas muy malas dentro de algunas horas- bajo la vista al suelo.

- Satoru...

- No se si volveré- dijo sin más. El corazón de la castaña se apretó en su pecho, sabía que está era una de las consecuencias que tenía si estaba con el más alto.

- ¿Es muy grave el asunto?- pregunto.

- Si- contesto el mayor.

Se sentía la peor persona del mundo. No podía hacerle esto a aquella mujer que amaba y con la cual tendría dos hijos. Pero era la única forma de mantener a todos a salvo.

- ¿No hay más opciones tampoco?- pregunto con cierto desespero. El albino se acero tomando las mejillas ajenas y mirándola.

- Créeme que si las hubiera, no lo pensaría dos veces- dijo pasando el pulgar por las pequeñas lágrimas rebeldes que salían de los ojos ajenos.

- ¿En qué necesitas ayuda?- pregunto la castaña.

- Esa es mi chica- sonrió el mayor. No tardo en abrazarla- tranquila, se que eres fuerte.

Ambos adultos mantuvieron el abrazo un poco más, no sabrían cuantas veces más podrían hacerlo. Era una cuenta regresiva y las desiciones estaban tomadas.

Betsu No Shiten [III] [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora