6.

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Haruto estaba aturdido.

El tiempo que le quedaba al pequeño Hamada para estar en la casa avanzaba constantemente a pasos gigantescos. La fecha prevista para que este regresara a los brazos de su madre y padre estaba, literalmente, a la vuelta de la esquina. Sólo faltaban diez días.

Haruto encontraba esto tan malditamente frustrante después de aceptar que, efectivamente, había caído enamorado del bebé de la hermana de Asahi y también de la idea de tener un hijo con este último. Él se había resignado, por fin, precisamente porque fuerzas para seguir compitiendo con su subconsciente ya no tenía. Pero ahora, al dejarla ganar, estaba teniendo más problemas que antes.

¿Qué haría, ahora, para poder dejar ir al niño sin llorar y decir lo mucho que había amado el tiempo con él?

ㅡEl bebé ha avanzado mucho con sus pasitos, todo gracias a ti, Haru. ㅡ

Ellos ahora estaban en el patio de la casa, mirando con una bonita sonrisa dibujada en sus rostros a la pequeña persona de ocho meses recién cumplidos intentar caminar con la ayuda de un pequeño andarivel para niños. Lucía demasiado tierno cuando trataba de caminar porque, con regularidad, tropezaba con sus propios pies y a veces chocaba con las ruedas en andador. Era impresionantemente lindo.

ㅡEstoy acostumbrado. ㅡ

Haruto no lo estaba.

Una de las cosas que nunca quiso hacer con su hermana fue enseñarle a caminar, precisamente porque encontraba tedioso andar cuidando a una mocosa y sostener su mano cuando se cayera, mientras soportaba los gritos del llanto por haberse raspado las rodillas. Él detestaba, cuando era un adolescente, ayudarle a sus padres a enseñarle a caminar a su hermana.

Pero ahora, se había vuelto parte de su vida. Una necesidad. Ese niño necesitaba mucho cuidado y ayuda al caminar y Haruto estaba dispuesto a cumplir su labor como padre momentáneo del pequeño. Él quería ayudarle, necesitaba hacerlo. Un ser tan pulcro como ese niño no podía avanzar sólo sin la ayuda de alguien que lo guíe y Haruto quería extenderle su mano para que la tomara y anduviera con él.

Demonios...

ㅡEste mes, fue el mejor que pude haber tenido. ㅡMurmuró bajito, Asahi. ㅡNo me malinterpretes, adoro pasar el tiempo contigo, es sólo que- ㅡ

ㅡLo comprendo. ㅡInterrumpió Haruto, soltando un corto suspiro. ㅡSé que querías mucho saber qué se sentía ser padre. ㅡ

Asahi asintió. Y Haruto sonrió.

Él nunca había considerado el sincerarse con su pareja como debería. Creía molesto decirle que quería tener un hijo con él después de haberlo tratado de una pésima manera por querer cuidar a su sobrino y haberle negado miles de veces el tener un hijo. Sería tan vergonzoso y humillante para él, que prefería callarse, dejar que el tiempo se encargara de eliminar las estupideces que su mente decía y seguir su vida como antes.

Aunque fuese un idiota egoísta que únicamente vela por sus deseos y no los de su pareja.

ㅡAhora lo sabes. Viste lo difícil que es tener un hijo. Viste lo mucho que tienes que entregar para un mocoso, es mucho. No es algo que puedas permitirte. ㅡ

Haruto carraspeó. Él estaba un poco incómodo.

ㅡEstoy seguro que si amaras la idea de tener un hijo tanto como yo, me dirías: "quédate en la casa cuidando al mocoso, yo iré a trabajar". O quizás me obligarías a ir al restaurante con nuestro hijo. ㅡ

Haruto soltó un resoplido divertido. Él imaginó la situación. Un pequeño descansando en los brazos de Asahi, durmiendo plácidamente o llorando como un desquiciado, mientras su papá intentaba relajarlo y hacerle cariñitos en su mejilla, observando al menor de ambos cumplir su labor como chef del restaurante. Sería una situación malditamente difícil con la que lidiar: dolor de cabeza, estrés, frustración y muchas ganas de matar al bebé.

Pero, de cierta manera, a Haruto no le disgustó la idea.

ㅡLa cabeza me explotaría si vuelvo a escuchar el llanto de un niño. ㅡ

Haruto miró al pequeño Yoshinori. Este estaba acercándose rápidamente hacia ellos, soltando fuertes risotadas y tropezando de vez en cuando con sus propios pasos. Sus bracitos estaban abiertos y su casi-largo cabello se movía de lado a lado en cada brinco. Sus ojitos estaban entrecerrados y sus encías eran quienes se asomaban por esa enorme cueva llena de felicidad. Él suspiró.

ㅡTener un hijo es... muy difícil. Criarlo, dedicarle tiempo, paciencia. Amor no basta para solventarlos. Necesitamos trabajar duro, ahorrar y, cuando tengamos todo hecho, finalmente pensar en eso. Un hijo no es una decisión que podríamos tomar tan a la ligera. ㅡ

Eso fue lo más cercano que Haruto tuvo de expresar sus pensamientos y sentimientos acerca de tener un bebé. Lo más cercano a decir: "Cambié de opinión, quiero tener un hijo contigo. Sólo espérame un poco. "

ㅡ¿T-Tú... quieres tener un hijo conmigo? ㅡ

Haruto tragó duro, volteando hacia Asahi. Este estaba observándolo con los ojos bien abiertos y acuosos, que estaban adornados de las bonitas curvas que sus cejas hacían. Sus labios temblorosos y húmedos, sus mejillas rojas y apetecibles se unían para crear una imagen que Haruto grabó en el rincón más profundo que su mente tenía.

ㅡNo. ㅡ

Para que, cuando finalmente tenga un hijo con Asahi, recuerde la mirada llena de felicidad de este al enterarse que sí quería tener un hijo con él.

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