Capítulo 13: El escape

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No se podía negar que tres era un número casi perfecto a la hora de tomar una decisión, siempre habría una mayor parte de apoyo hacia uno de los planes, y no quedar en un cincuenta y cincuenta de probabilidad.

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Capítulo XIII: El escape. 

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―Tenías que haber mencionado a Lilith. ―me reclamó Ascian, del otro lado del calabozo donde nos habían encerrado. 

Estaba recostado sobre la pared de piedra, se había dejado caer en el suelo. 

Yo lo había imitado. 

De nada servía quedarme parada mas tiempo, no cuando los malditos zapatos que Nisha había escogido para mi eran ajustados a mis pies, y con la caminata en el bosque... 

El cuarto, además de ser pequeño y sofocante, era dominado por la oscuridad, no podía verse ninguna ventana y la pequeña llama de una antorcha, en algún lugar del pasillo, era la única luz que teníamos. No estaba completamente segura de donde ingresaba el aire para mantener fresco el lugar, o el que estuviera debajo del palacio de los lobos lo hacía frío como el corazón del alfa. 

Ella me conocía, sabía quién era yo... y, muy en el fondo, había sentido una familiaridad inexplicable hacia ella. 

Y lo que más me carcomía era que me había confundido con Athara... con mi hermana.  

Ascian se había perdido en sus pensamientos, mirando a la nada, o tal vez pensando una forma de escapar. Yo debería estar haciendo lo mismo, debería estar ideando un plan de como escapar. 

El hombre fornido frente a mí, no iba a llevarme con él si encontraba una forma de escapar de aquí.

Frente a la oscuridad, fue cuando me di cuenta que los ojos le brillaban, como si hubiera un poco de fuego dentro de ellos, era lógico. Me pregunté si podía escupir fuego en su forma de dragón, y si eso le quemaba la garganta o no. Dioses, porque tantas preguntas cuando en estos momentos su tolerancia hacia mi era decadente. 

Si el fuego venía de su interior, probablemente no, ya que no le debería nada a la naturaleza. Trataba de entender este mundo olvidado en algún lugar de mi mente.

―Solo quería ayudar, ―dije unos minutos después del silencio― No sabía que la alfa nos odiaba mutuamente a ambos ―una firme línea se le dibujó en los labios, como si hubiera escondido una sonrisa. Yo me encogí de hombros, no sabía qué más decir.

―Espero que Nisha no tarde mucho en venir ―dijo él, con esperanza.

Yo también esperaba lo mismo. ¿en qué estaba pensando cuando decidí escapar? Debía de haberme quedado con ella, debía haberme quedado con los brujos. Parecían ser los únicos a quien le interesaba mi seguridad. Pero Lilith también me había cuidado, y sentía estar en deuda con ella. Sentía que debía de ayudarla. Eso era lo correcto. 

Di un golpe al suelo, y un eco recorrió por los pasillos, al parecer tenía mucha más fuerza contenida, una milésima de segundo después, hice una mueca, escondiendo mi rostro de dolor con el pelo suelto. Lo menos que ahora necesitaba era la burla que, de seguro, me daría Ascian. 

Volví el rostro a la mano que la había escondido a un costado: dos dedos estaban sueltos, me había roto dos dedos. Pude sentir la mirada curiosa que Ascian me echaba desde el otro lado de la celda. Aunque se dio cuenta, no dijo nada.

BRUMAS (Inmortales I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora