juegos mecánicos

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La salida a los juegos mecánicos.

-¿Quieres salir a pasear?, Podemos ir a los juegos mecánicos-pregunto el chico a la chica en un trance genuino donde se encontraban recostados en el sillón color mostaza.

-Si, sería divertido-respondió la femenina clavando toda su atención

-¿Iremos entonces? ¿Que dices?-

-Te estoy diciendo que sí, Karl

-Está bien, disculpa si te abrumé-se disculpó con esa mirada inocente que traía en todo momento

-No, solo que eres un chico demasiado terco

-¿A sí?-preguntó con una de sus sonrisas juguetonas, mientras su mano estaba acariciando suavemente su cabello, y su apreciación la tenía sobre ella.

-Sí, eres testarudo Jacobs.

La miró sorprendido, aunque realmente sonrió nuevamente al ver que sus juegos lo estaban llevando al enloquecimiento del amor.

-Sera mejor que nos cambiemos, te veo en la sala.

Aquellos chicos se fueron a cambiar, les esperaba una tarde en aquel lugar tan divertido para toda persona, cómo a dos enamorados también.

La chica se encontraba en la sala, esperando al chico. De pronto se presenció mirándola y diciendo:

-¿Nos vamos?

-Si.

Comentaron aquel diálogo, y sin más que decir salieron de la casa directo al auto del joven.

-¿Crees que esté lleno?-preguntó Karl tomando de su mano y entrelazando la con la suya, mientras otra de sus manos estaba puesta en el volante del carro.

-Es Jueves Karl, ¿no creo que esté lleno o sí?

-No lo sé-expuso el mayor, captó toda su mirada en la carretera sin poder despegar su ojo o sin descuidarse de otras vistas.

Llegaron al parque de diversiones y vieron poca gente en la fila para pagar las entradas de todos los juegos... así que ellos también fueron a gratificar su boleto.

-Me da dos entradas porfavor-aquel chico atendió rápido a Karl.

-¿No puedo pagar mi entrada?-la chica pregunto, pero sabe que Karl es un chico totalmente obstinado en todos los lugares.
Haciendo sentir inferior a la femenina por no pagar su parte, y siempre tenía que ser él, el que lo hacía.

-No.

-¿Por qué no?-la joven interrogó poniendo si entrecejo de irá al ver al ojiazul

-Porque no-Karl era de ser un completo necio para toda la humanidad

-Esta bien, no insisto más.

-Porque no, ya te dije, y se que después te vas molestar conmigo. Y si lo haces créeme que me gusta pagar lo que tú usarás, solo no quiero ser alguien molesto para ti.

Aquél chico le dió los tickets, Karl pagó y fueron a ver a qué juego se subían primero, habían demasiadas opciones, la verdad no sabían al cual subirse ya que no se decidían, así que el chico de ojos azules decidió preguntar.

-¿A qué juego quieres subirte primero?-dijo Karl esperando una respuesta de su amada, pero en este caso solo estaba recibiendo su mirada terriblemente de amargura

-Tú decide

-No seas así, te dije que yo iba a pagar las entradas.

-No tienes porqué pagar lo mío-aquella chica le molestaba eso, quería poner de lo suyo para poder sonreír, no le gustaba que el ojiazul lo haga por ella.

Sweetie/Karl Jacobs•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora