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Hyunjin estaba cansado, su rutina diaria era universidad y trabajo, todos los días en el mismo orden sin ninguna alteración de por medio. Y digamos que trabajar en una tienda de conveniencia no era lo mejor, menos con un idiota acosandolo cada vez que aparece en el local.

Hyunjin.– lo llamó el chico menor de edad y de menor estatura, Jisung había estado trabajando con él aproximadamente medio año y podía decirse que le iba bien, había conseguido un novio maravilloso y ni hablar de sus calificaciones, sacaba la máxima nota por doquier.– Deja de volar y ayúdame a hacer el inventario, tengo una cita y no quiero llegar tarde.

El menor había empezado a salir con un chico, Minho, y eran tan melosos que cada vez que Jisung lo invitaba a salir con ellos este se negaba porque sabía que tendría que llevar una orquesta entera porque con solo el violín no cubría el mal tercio que hacía entre los otros dos, con decir que una vez prácticamente tuvo que arrancar del auto dónde estaban ya que estos dos habían empezado a besarse demasiado salvaje y él no quería tener daños irreparables y mucho menos ver a Jisung de forma distinta, menos sabiendo que al otro día debía de verlo como si nada.

Umh, seguro.– Hyunjin se quitó la chaqueta marrón que traía para ponerse su delantal y socorrer al rubio, digamos que Jisung no era bueno manejando cosas de vidrios y menos si se les caen casi siempre. Tomó un par de botellas de vino antes de que el otro los tirase al piso y tuvieran, los dos, que pagar un vino que probablemente costaría el sueldo entero de ambos, quizás hasta faltaría dinero después de eso.

La campanilla de la entrada hizo su sonido característico anunciando que alguien había entrado y que uno de los dos debía atender al cliente. Hyunjin miró a Jisung diciéndole que él iba a ver al cliente con la promesa de que él no rompiera nada, o al menos no algo que les costara el sueldo completo.– Bienvenido a la tienda, ¿en qué puedo... ayudarle? – su voz se había apagado de a poco al ver a su cliente menos favorito en los tres meses que llevaba trabajando ahí. Entro a su cuadrado detrás del mesón mientras miraba al chico más bajo.

Quiero pagar, ya sabes, bebida energética y tú número telefónico en el recibo. – Ni siquiera sabía cómo se llamaba y ya lo tenía en su lista de "personas no deseadas" en primer lugar y bien destacado con marcador fluorescente.

Tomó la bebida y la registró en la máquina mientras trataba con todas sus fuerzas no gritarle al más bajo.– Ahí tiene, ya sabe cuánto es.– El mayor le pagó y le preguntó donde estaba su número y este solo le respondió con una sonrisa, un "que tenga una bonita tarde", y se escapó del lugar rápidamente.

Apenas vio que el chico se fue, se dirigió donde Jisung quien apreciaba toda la escena en primera fila y con una sonrisa maligna.– Deberías ser amable con el chico, no sé ve mala persona, Jinie.– le dijo cuando llego a su lado y le dio un leve empujón en el brazo.

Pues puedes dejar a Minho y salir tú con él porque yo no lo haré, estoy harto de que venga todos los días y siga molestando como si no tuviera otra cosa que hacer en su vida – Jisung solo estalló de risa, el menor estaba rojo de la rabia y aunque no debía reírse, no podía aguantarlo y menos cuando presenciaba cada nuevo capítulo de la novela.

Al principio a Hyunjin no le importaba que este sujeto entrara a la tienda, bueno, no era para tanto y solo era un cliente más, pero cuando empezó a pedirle su número y a coquetearle sus ganas de aplastarle la cara contra el piso brillante, que él limpiaba todos los días, iban en aumento cada segundo que lo vía pero cuando se lo encontró en la discoteca, quiso morirse.

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⏰ Última actualización: Jul 12, 2022 ⏰

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Bebida Energética ≠ ChangjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora